Las mañanas televisivas están volcadas en la desaparición de Diana Quer ofreciendo «estremecedores» testimonios de amigos o conocidos de espaldas a la cámara, como si fueran testigos protegidos perseguidos por la mafia. Por si alguien se ha perdido algún detalle, en Antena 3 han preparado un especial para esta noche que promete explotar todo el morbo del caso contando con las palabras del padre de la joven, entrevistado por Susanna Griso en Espejo Público.
Con la incorporación al programa del, como él mismo se definió, «ciudadano de a pie» Cayetano Martínez de Irujo y Fitz-James Stuart y su nuevo corte de pelo estilo Claire Underwood „le encanta que se lo digan„, la periodista es líder en la franja en estos primeros días de nueva temporada. Empezar antes le ha venido bien para rascar seguidores a Los Desayunos de TVE en plein air de un pletórico Sergio Martín. Se le ve muy contento, entusiasmado con su reto.
Más desubicada anda María Casado. Si el lunes empezó muy floja, el martes se atrevió a cantar el Qué sabe nadie de un Raphael que sonreía en modo fijo sin pestañear como su personaje en la película Mi gran noche. Al cantante le pareció afinada aunque la verdad, tiene que practicar mucho o cortarse un poco. Dice que no tiene vergüenza pero tampoco tiene gracia y no está cómoda en esa intento de embarcarse en el entretenimiento haciendo payasadas. No recuerdo haber visto a Ana Rosa en esas lides.
El difícil equilibrio entre información y entretenimiento siempre ha sido el problema del magacine de La 1 que además incluye los consejos de salud como supuesto servicio público, bloque en el que ayer Esperanza Aguirre contaba su cáncer de mama. Con Mariló Montero nadie supo nunca cuál era el enfoque porque informar no era lo suyo y el entretenimiento lo generaban sus estrambóticos comentarios fuera de lugar. Quizá por eso mantuvo unos mediocres resultados de audiencia que de momento han empeorado un poco con la sustituta. Debe ser el color. Todo en TVE parece desvaído.
