Cuando septiembre se comporta sin sobresaltos de inestabilidad, es sin duda el mejor mes para el disfrute del turista. El mar alcanza su temperatura más alta del año y el oleaje suele ser menor respecto a los meses de julio y agosto. Los termómetros siguen marcando valores calurosos, aunque se puede dormir mejor porque apenas se producen noches tropicales. Y aunque amanece algo más tarde y anochece antes, la luminosidad sigue siendo alta.

Para este septiembre de 2016, los modelos de predicción mensual de la NOAA estadounidense están señalando un mes caluroso, de pleno verano. Por tanto vamos a poder disfrutar de abundantes días de sol y playa. Desde hace algunos años, diferentes estudios sobre la evolución futura de nuestro clima vienen insistiendo en la necesidad de ir pensando en la prolongación hacia junio y septiembre de la temporada turística estival. Sobre todo porque el centro del verano, (julio y agosto), si se cumple la modelización climática, pueden ser meses con menor confort climático por la posible mayor frecuencia de jornadas muy cálidas (olas de calor). Es una oportunidad que se presenta al sector turístico en el litoral mediterráneo español. Una estrategia de mercado que habrá que ir madurando en los próximos años. Y que nos obligará también a replantear el actual calendario laboral y escolar de vacaciones. De momento, es ya una evidencia el desarrollo de septiembres veraniegos en nuestro territorio desde comienzos del presente siglo.

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