El anuncio de un único título que permita el transbordo entre cualquiera de los diferentes transportes colectivos que enlazan las poblaciones de las actuales zonas A y B del área metropolitana de València, además de ser una gran noticia para más de millón y medio de personas, es en sí misma una esperanza.

Y lo es porque la iniciativa promovida por la Generalitat y la Diputación de Valencia, es un primer paso para romper una pretendida realidad histórica que siempre ha dibujado l´Horta como un cinturón industrioso y de escasa personalidad, frente a una urbe capitalina con gran pompa y glamur.

Esa dualidad rupturista debe ser eliminada por irreal y por injusta. Valencia es una ciudad de cerca de 800.000 habitantes, sí; pero la Gran Valencia ha de contar con un entorno que dobla esa población y que necesariamente ha de ser tenido en cuenta en cualquier diseño de la ciudad capital que se haga con altura de miras y proyección de futuro.

El caso del transporte público metropolitano es un claro ejemplo de la necesidad que Valencia tiene de l´Horta y l´Horta de Valencia. La Valencia sostenible no lo será plenamente si el diseño de la red de transporte público, los carriles bici o las vías sostenibles acaban en la avenida del Cid o al final de la Av. Cortes Valencianas o en l´Avenida de l´Orxata.

Hay una población mayor a la de la ciudad que vive y convive en 43 municipios colindantes. Cerca de un millón ciudadanos y ciudadanas que invierten gran parte de su tiempo y dinero en la capital. Cerca de un millón de personas que se desplazan a diario a Valencia, en muchas ocasiones con sus vehículos particulares ante la falta de una oferta útil, clara y económica de transporte público colectivo.

El único modo de evitar ese abuso del vehículo particular, de fomentar la movilidad en transporte público o no contaminante, es establecer unas verdaderas sinergias entre la ciudad y los municipios colindantes. El transporte público colectivo, la bicicleta de alquiler como recurso sostenible y necesario€ son aspectos que Valencia y Horta debemos analizar con la suficiente altura de miras, conjuntamente, con mucha generosidad y con una cierta urgencia.