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Antonio de Felipe, publicista

Si Antonio de Felipe tenía una negra en Fumiko, lo dirá la justicia. Qué importa. Lo que está claro es que es un artista de la publicidad y las relaciones públicas. El dominio de una técnica pictórica natural es secundario en él. Así pues, la última polémica sólo agranda su leyenda basada en la fascinación por la fama. Lo relevante es el dominio de la táctica de estar en su sitio y relacionarse bien. En definitiva, ser un gran publicista. Si nos fijamos en pintores hiperrealistas valencianos, encontraremos figuras infinitamente más meritorias en Felipe Santamás, José Luis Corella y Vicente Peris. Por no hablar de Antoni Miró, quien además aporta un pretexto histórico. Antonio de Felipe es un refrito descarado de Warhol, pero nadie ha utilizado con tanta gracia fotografías coloreadas a mano o proyectores de objetos opacos. En ningún trabajo de Antonio de Felipe se observa un dibujo propio. Todo está recogido en precedentes.

El Equipo Crónica ya hizo lo mismo con más sentido y profundidad, mientras que Antonio de Felipe sólo pretende impactar. El arte de caer en gracia antes que ser gracioso. Pero si queda algo relativo es el arte. De modo, que al final, todo tiene el valor que quiera darle un Francisco Camps aficionado a pintar bambis con lapiceros Alpino. Con Camps como fan y Consuelo Císcar como madrina, la carrera de Antonio de Felipe se benefició de la jet valenciana de la época. Otros, en cambio, sin ese don para las relaciones públicas, siguen eligiendo los caminos más difíciles de las relaciones personales más naturales y de las técnica pictóricas más naturalistas. Como por ejemplo, el acuarelista Rafael Boluda, quien conserva en su casa la bellísima acuarela más larga del mundo, con más de 170 metros de longitud y la más bella historia de la mitología retratada en ella, ante el desdén general de los políticos valencianos.

Desconocemos si Fumiko ha mejorado los parecidos de las obras de De Felipe. O si ha captado mejor los colores, donde no se pueden mentir. Lo que sí parece es que Fumiko es sólo el pretexto para que Antonio de Felipe acabe pintando ante un juez en la más mediática de sus obras. Algo sublime en la trayectoria de este creador controvertido. Ha revolucionado el arte pop hasta convertirlo en luminoso y divertido. Listillos y espabilados hay muchos. Genios de la publicidad hay menos. Entre ellos, Antonio de Felipe.

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