Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

thumb-isabel-olmos-(1).jpg

Joan y el sistema polar

En medio de este drama, porque es un drama en mayúsculas, está Joan, ese niño asturiano de Sueca cuya vida, con tan solo cuatro años, el sistema ha diseccionado y condenado a una diáspora que, sin ser jurista, llama la atención por su frialdad

Hay en toda la historia del niño Joan de Sueca que tiene que ser devuelto a su madre biológica tras 2 años y medio con una familia en preadopción algo que remueve las entrañas. Al principio pensaba que era ver ese alud de emociones desgarradoras naturales de quien siente que le han arrebatado algo propio: su niño, su amor, su expectativa, su deseo, algo o alguien que le dijeron que iba a ser para ellos. Me imagino a esa familia dando lo mejor de sí, preocupándose para que al niño no le faltara de nada, iniciando el proceso de preadopción porque así el «sistema» lo dictaminó y, cuando ya has perdido en el horizonte de la memoria el recuerdo de su origen viene éste y, zas, te lo arrebata, como si regresara de repente una realidad que creías olvidada tras más de dos años de un sueño más o menos plácido.

Pero no es eso. O, al menos, no es solo eso. En esa removida emocional avivada por las imágenes del momento de la entrega llega la dura carta „por lo que cuenta en ella„ a la opinión pública de la madre de Joan, una joven española de origen guineano que lo tuvo a los 14 años y que nada más llegar a la mayoría de edad inició el proceso para recuperar legalmente a su hijo, un vástago que, según ha relatado con detalle, le arrebató el «sistema» contra su voluntad, mediante unas formas que, de ser ciertas, se asemejan mucho a los lamentables casos que suele defender Enrique Vila, propios de otros tiempos gélidos y sin corazón, más grises, fríos, casi polares.

Y enmedio de este drama, porque es un drama en mayúscula, está Joan, ese niño cuya vida, con tan solo cuatro años, el sistema ha diseccionado y condenado a una diáspora que , sin ser jurista, llama la atención. Nace y al poco tiempo, el «sistema» decide que no se quedará con su madre sino que será entregado, contra su voluntad según ella, en adopción. Pasa 18 meses en centros de acogida hasta que el «sistema» decide que sea entregado a la familia de Sueca que, inexplicablemente, está durante dos años y medio en fase de preadopción sin concretarse ésta. Tras dos años y medio, el «sistema» acuerda que vuelva con su madre biológica casi inmediatamente, es decir, sin esperar a ver qué dice el recurso del Supremo, que puede establecer la vuelta del menor con su familia adoptiva en unas semanas o meses. yo pienso que todo esto estará basado seguro que en leyes, documentos que tendrán como principal objetivo el «bienestar del menor»... pero como ciudadana simple cuesta mucho entender cómo ha podido pasar todo en general: lo de la madre antes y lo de la familia biológica ahora. Cómo le ha podido pasar esto a Joan, cómo han fallado tantas cosas o se han ejecutado con tanta frialdad.

Compartir el artículo

stats