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Martí

Desprecio a la economía nocturna

A falta de datos oficiales, Valencia se ha llenado de turistas en agosto, como hemos comprobado los que estábamos. Nuestra gran oferta ha sido sol y playa, paella empastrà, paseo gratis por el Mercat Central y desalojo de terrazas a medianoche. Luego nos quejamos que se gastan poco. Aquellos pseudoprogres que aspiran a que Valencia sea el espejo de la Bucarest de los años setenta, han ampliado el círculo de aislamiento que empezaron en El Carme hacía Russafa y ahora enfocan a El Cabanyal. De charco en charco hasta el diluvio final. Mientras, el equipo de Ribó mirando el sol.

El alcalde laborista de Londres, Sadiq Khan „o sea del mismo perfil ideológico que el PSPV, Compromís o Podemos„, nada más ocupar el cargo ha ampliado los horarios nocturnos de los pubs y ha autorizado que el metro esté abierto toda la noche del viernes y del sábado. En caso de éxito podría extenderse a otros días de la semana. La capital británica sigue el ejemplo de Nueva York, París y Zurich. Khan cuando anunció la medida aseguró que no sólo saldrían beneficiados miles de pasajeros, sino también discotecas, bares, restaurantes, hoteles y teatros. ¿Un capricho de alcalde golferas? En absoluto. ¡Es la economía, imbécil!, parafraseando a Clinton, Bill. Resulta que el sector económico nocturno, que incluye pubs, clubes, bares, restaurantes y salas de conciertos, representa el quinto sector de ingresos para las arcas británicas, además de generar 1,3 millones de puestos de trabajo, con una estimación del 6% del PIB británico. El grupo independiente London First pronostica que la actividad de espectáculos nocturnos se triplicará para 2030. Los grupos de presión allí son auténticos, como el «think-tank» «Centro para Londres», donde su director, Ben Rogers, recomienda el uso nocturno de los servicios de distribución y entrega para reducir la congestión circulatoria durante el día, e insta a que los centros comerciales creen espacios nocturnos de comidas y bebidas, para que Oxford Street (nuestra calle Colón) deje de ser un desierto por la noche.

Salvando todas las distancias entre el Támesis y el antiguo cauce del Turia, está claro que despreciar la actividad nocturna en una ciudad con un clima tan benévolo todo el año se antoja irresponsable. Basta pensar la cantidad de empleos que generaría, pero además queda demostrado que el tan traído derecho a descansar es muy conservador, originario de aquella vetusta nobleza que siempre deseaba un vulgo silencioso. Esas plataformas de cuatro vecinos reivindican privilegios feudales.

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