Parece mentira, pero los dos grandes partidos aún no se han dado cuenta de que su falta de entendimiento los debilita y desprestigia cada vez más ante los votantes y facilita la formación de partidos alternativos.

Porque las ansiadas mayorías absolutas son algo difícilmente alcanzable en las modernas sociedades muy ricas en alternativas y tanto el P.P. como el PSOE no aceptan ponerse de acuerdo para gobernar en los instantes difíciles, demostrándoles en la práctica que estos pactos no debilitan ni a las ideologías ni a los partidos. Una cosa es facilitar la gobernabilidad y otra ceder en sus aspiraciones programáticas que quedan para la siguiente elección.

¿Y que pasa? Pues como en la práctica las mayorías absolutas son cada vez más difíciles, los grandes partidos, que son los que acogen más votos, tienen por necesidad que acogerse a los apoyos de los nacionalistas que son los que les dan la oportunidad de gobernar. Pero naturalmente sus apoyos no son gratis. Van acompañados de exigencias que van abriendo el camino independentista con más competencias y más dinero, con lo que éstos partidos pueden educar a sus ciudadanos en una nueva cultura que fomenta el crecimiento independentista.

Si en seis de las once elecciones generales celebradas no se hubiesen necesitado los apoyos de los nacionalistas, tanto para el PSOE como para el P.P., no se habría avanzado tanto en el desarrollo de las teorías catalanistas y vascas, ni se les habría otorgado tantas competencias y dinero, ya que ellos a la chita callando van sustrayendo más y más cosechas de gobiernos débiles que dependen de sus votos.

Los grandes partidos aún no se han enterado de que vivimos ya más años en democracia que en dictadura, por lo que las nuevas generaciones no son tan exigentes ni intolerantes como las del 75, por lo que ante un pacto de gobierno PP/PSOE lo más probable es que se encogieran de hombros y esperasen a ver los resultados, sin perjudicarse para nada los apoyos electorales de cada partido.

Pero el señor Sánchez se empeña en algo que es inviable, perjudicando los intereses generales de España. Si oyera las opiniones de los mayores de su partido a todos nos iría mejor. Porque esos mayores supieron pasar por encima de historias, odios y resentimientos para formar una nación nueva. Pero que si quieres. Ante la intolerancia de los dos grandes partidos el resultado será, nacionalismos más y más fuertes y el crecimiento de partidos que sepan dar la imagen del pacto y la colaboración.

Porque ante la falta de madurez política no hay nada que hacer, hasta que un día se den cuenta de que hay muchas formas de suicidarse y la cabezonería política es una de ellas.