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El día de la inmovilidad

El Día Sin Coche del jueves 22 de septiembre de 2016, ocasionó el Día Con Más Caos Urbano de la historia reciente. Más exactamente, fue el Día de la Inmovilidad, a pesar de que el promotor de la ocurrencia en Valencia fue, paradójicamente, el concejal de Movilidad Ciudadana. Fue el día con menos movilidad desde la Exposición Regional de 1909. Sólo circulaban holgadamente los perros y los bicicliteros, los únicos viandantes capaces de encontrar vías de escape o burlar a la Guardia Municipal de Inmovilidad, estática como la Venus de Milo, pero con los dos brazos.

Los usuarios de la EMT llegaron tarde adonde iban porque los autobuses de Inmovilidad Pública tampoco podían moverse entre tantas barreras y flechas indicando los cambios de sentido (común).

Los pasajeros de los taxis maldecían al concejal de Inmovilidad Giuseppe Grezzi, pero el taxímetro no se detenía. Grezzi milita en el partido Verds Equo y nació en Vico Equense, provincia de Nápoles. Vico Equense tiene 20.823 habitantes. Los coches no abundan, como es lógico, razón por la que Grezzi se exiló a Valencia para verlos. Horrorizado por su cantidad, decidió transmorfar nuestra ciudad en su incontaminado pueblo, Vico Equense, donde el agujero en la capa de ozono que tanto preocupó a los progres en los años 80 / 90 del siglo XX, ya se ha cerrado gracias a las bicicletas.

En la plaza del Ayuntamiento no hubo automóviles, dando la falsa idea de que el concejal de Inmovilidad Ciudadana había acabado con el parque automovilístico ciudadano y por ende con todas la industria y sus trabajadores.

He leído en un periódico unas frase que considero muy lúcida e instructiva al respecto: «El día sin coches es un atraso, una manera raquítica de entender la Historia. La solución no es nunca renunciar al progreso, sino mejorarlo, e ir supliendo con inteligencia sus inevitables defectos».

He aquí la clave, inteligencia y no parches progres que a lo único que contribuyen es a crear el caos en las ciudades durante un día, dándose la contradicción de que hay mucho menos desorden viario los 364 días con coches, motos, bicicletas, taxis, peatones, perros y autobuses de la EMT que el Día Sin Coche. ¿O no es así? Inclusive, cuando se juega un partido de fútbol Valencia C.F. - Real Madrid C.F., el tráfago rodado de la ciudad es una balsa de aceite de oliva virgen extra si lo comparamos con la réplica local y populista del ´dottore´ Grezzi, salido de una película de Dino Risi.

La política de los populistas es merecedora de un análisis psiquiátrico y sociológico, para lo cual siempre remito a que ellos y los lectores (éstos para que conozcan las claves y las motivaciones de Compromís, Equo-Verds y otras hierbas) a un libro fundamental y muy didáctico porque está cimentado en el tratamiento y examen de casos reales que atañen a las personas.

Me refiero, claro, a ´Psicopatología de la vida cotidiana´, de Sigmund Freud, publicado en 1904, cuando el ilustre doctor vienés, a quien no pudo entrevistar Billy Wilder cuando era periodista porque no lo recibió y Wilder tuvo que conformarse con echarle una ojeada a su mítico diván, ya barruntaba el advenimiento de otro ´dottore´, Giuseppe Grezzi.

Lo primero que Freud le hubiera preguntado al concejal de Inmovilidad Ciudadana es: «¿Acaso usted, siendo niño, deseó conducir un Ferrari pero la economía de su familia no le permitía tanto gasto?». O «tal vez, siendo niño, se enamoró perdidamente de una bici llamada Maruzella y por esto repudia hasta al ´busfahrer´ (conductor de la EMT), a la industria que manufactura los vehículos a motor y a los millones de trabajadores que viven de ella?». «¿O no es más cierto que le negaron el carnet de conducir coches -no bicis- debido a una precoz ´weitsichtigkeit´ (hipermetropía)?

Así están las cosas. Con un saldo negativo de seis heridos además -hasta ahora- en la avenida del Barón de Cárcer por convertirla el ´dottore´ Grezzi en vía urbana de doble dirección. «Auf nimmerwiedeer sehens». Hasta nunca jamás. Coste de la consulta: 15.000 marcos alemanes del Dr. Freud.

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