Dejen que les cuente una historia apasionante. La historia del evento pluviométrico más famoso de la Humanidad, cuyo conocimiento tenemos casi desde recién nacidos: «Aquel día fueron rotas las fuentes del gran abismo, y las cataratas de los cielos fueron abiertas, y hubo lluvia sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches». ¿Ocurrió realmente el Diluvio Universal como relata el Génesis? Eso piensan W.B.F. Ryan y W.C.Pitman, científicos del Lamont-Doherty Earth Observatory de la Universidad de Columbia.

La teoría se publicó en Science en 1998. Los autores aportan cuantiosas y variadas pruebas que certifican que, hace 7500 años, la fusión de los hielos glaciares fue llegando al Mediterráneo, pero de nuestro mar no pasaron de forma gradual al lago de agua dulce que precedió al Mar Negro. Un tapón de sedimentos fue reteniendo el cada vez más caudaloso Mediterráneo hasta que la presión de las aguas provocó una repentina y vertiginosa inundación sobre las llanuras ribereñas del Mar Negro. En pocos días se convirtió en el mar salado que hoy conocemos. Sus habitantes, ya agricultores, se vieron obligados a emigrar y en su viaje pudieron expandir la nueva actividad por el continente. Así, el diluvio, más que de la lluvia, vendría del incremento térmico que provocó la fusión glaciar, además de detalles topográficos. Ningún desastre tiene una única razón. Curiosa la vinculación con las glaciaciones.

Louis Agassiz publicó a mediados del siglo XIX evidencias de una gran Edad del Hielo que cubrió parte de Europa y Norteamérica. Enormes bloques erráticos y morrenas que sus detractores explicaban por, precisamente, el Diluvio Universal. Aunque hay un documental sobre el tema, no dejen de leer este trabajo científico, intrigante, concienzudo y maravilloso.

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