Alguien en los despachos de Telecinco debe de estar tirándose de los pelos y maldiciendo el momento en que decidieron apartar a Mercedes Milá de su programa. Sin ella «Gran Hermano» no es lo mismo y, a juzgar por la audiencia, es peor. La primera gala ya perdió un millón de espectadores respecto a las ediciones anteriores, aunque la Milá estuvo de cuerpo presente en el plató para ceder el testigo a Jorge Javier Vázquez y robarle dos de cada tres planos. Pero ya sin ella la tendencia se ha acentuado en tres semanas, hasta el punto de perder el antaño indiscutible liderazgo de las galas del reality, superado ya por «Águila roja». Y mientras tanto, la Milá presuntamente estará preparando un programa de libros para Mediaset... Ver para creer.
Aunque nadie a estas alturas se atreverá a discutir la conexión de Jorge Javier con el público de la cadena ni su dedicación estajanovista a la pantalla, lo cierto es que en la enredada plaza pública de las redes sociales le llueven críticas de los fans del programa. Que si opina demasiado, que si se moja por sus concursantes favoritos, que si informa de cosas de fuera de la casa... Nada grave, nada que no hiciera Mercedes en alguna ocasión. Pero ¿quién sabe? Tal vez el presentador todoterreno no encaja en la madre de todos los realitys, aunque a primera vista las galas se parecen cada vez a un «Sálvame».
Más diferencias hay entre el viejo y el nuevo cometido matinal de María Casado en La 1. Ha dejado la tertulia de actualidad política para trasladar su sonrisa al que fuera magazine de Mariló Montero. Con mejores formas y menos polémica que su antecesora la presentadora se ha adaptado muy bien al cambio. Pero a nivel de audiencia la vida sigue casi igual. «La mañana» de TVE lleva años volcada en el público más mayor y ampliar el abanico será un proceso largo y costoso. El espacio dedicado a la salud de la tercera edad sigue siendo su hecho diferencial. Por mucho que cubran sucesos y corazón, les falta la convicción de Ana Rosa y Griso. Por algo a esas horas las llaman las reinas.
CONSEJOS. Tampoco va a ser fácil que «Tips» sea un éxito en las tardes de La 2, aunque tampoco sea el objetivo prioritario de este magazine. Su nombre suena más moderno que consejos, que es su significado en castellano. Pero no se quedan ahí: al taller le llaman «atelier» y para tejer un tapiz usan la técnica del «latch hooking», de las manualidades pasan a la moda o la arquitectura y de los ejercicios físicos a historias de emprendedores. Lo que no funciona por la mañana por la tarde no tiene ninguna posibilidad. Lo que no puede ser no puede ser y, además, es imposible.
