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Julio Monreal

El Noray

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El Botànic sufre; el PP avanza sin dar un paso

La encuesta de InvestGroup para Levante-EMV retrata un recorte de la ventaja del tripartito del Botànic a sólo un escaño de la suma de PP y C's. Los de Isabel Bonig, que planeaban una revolución, crecen ahora sin moverse

Las diferencias entre los dos bloques de la política valenciana se estrechan hasta desembocar casi en un empate técnico poco más de un año después de las elecciones autonómicas. La encuesta de otoño que el principal grupo de comunicación de la Comunitat Valenciana, el que integra a los diarios Levante-EMV e Información entre otros medios, ofrece este fin de semana a los ciudadanos refleja que en este momento el bloque de izquierdas formado por el PSPV-PSOE, Compromís y Podemos mantendría su mayoría absoluta en las Corts por un solo escaño, 50 diputados frente a 49 de la hipotética suma entre los del PP y Ciudadanos. Este último agregado avanzaría cinco puestos en detrimento de su oponente. El trabajo realizado por la firma InvestGroup revela también que la valoración que los valencianos hacen de su gobierno se reparte casi por igual entre positiva y negativa, en torno al 30 % en cada bloque, mientras el 37 % de los encuestados la considera regular.

En el Ejecutivo valenciano, la encuesta será acogida con cierto alivio. El Govern considera que el año que ha pasado de su mandato ha sentado las bases de los que vendrán y que si bien algunas medidas se han puesto ya en marcha, en los próximos meses llegará el grueso visible de la «política de cambio» que llevó a Ximo Puig y a Mónica Oltra al Palau. O al menos la que sea posible en el marco de las estrecheces económicas que marcan su gestión, presidida por la reclamación incansable de una financiación autonómica justa y un reparto de las inversiones del Estado que tenga más en cuenta que ahora dónde están la población, el crecimiento económico y el dinamismo social.

Según la encuesta, los socialistas avanzarían de los 23 escaños que obtuvieron en mayo de 2015 a 25 diputados. Junto a la gestión y las propuestas políticas, la endiablada agenda del presidente da sus frutos, aunque cabe hacer constar que el trabajo de campo está recogido antes de la tormentosa dimisión de Pedro Sánchez. Esa crisis ha proporcionado a Ximo Puig una visibilidad nacional, aunque haya sido a base de que siempre le pregunten por si el PSOE tiene que abstenerse o votar no a Mariano Rajoy.

Peor parado sale el socio preferente, Compromís, que pasaría de 19 a 16 diputados, su cota más baja desde las elecciones, incluyendo los sondeos que se han realizado en los últimos meses. Es la formación que más carga ideológica está proyectando sobre la gestión y posiciones maximalistas como el veto ecologista al proyecto Puerto Mediterráneo pueden estar privándole de votos que recibió de otras formaciones.

El socio externo del tripartito, Podemos, pierde según el sondeo, cuatro diputados, pasando de 13 a 9, con fugas de voto hacia Compromís y el PSOE. La indefinición permanente de los morados en los temas concretos, excepción hecha de la nueva RTVV y la eterna y nonata agencia antifraude parece seguir pasando factura. Resulta deseable que en la reunión del Consejo Ciudadano de la formación, celebrada ayer en Madrid, se hayan aclarado los liderazgos y las líneas de actuación de un partido del que siempre se espera mucho, quién sabe si demasiado.

La encuesta de Levante-EMV tiene para los populares que lidera Isabel Bonig muy buenas y muy malas noticias. En el apartado de las primeras, pasar de 31 a 41 escaños en las Corts Valencianes resulta un extraordinario avance para un partido sumido en una cadena de sobresaltos y causas judiciales por corrupción. Esta cuestión preocupa al 65 % de los valencianos pero esa manifestación no se proyecta sobre la intención de voto al partido que más casos protagoniza. Seguramente por eso es por lo que la presidenta de los conservadores valencianos estima que la cuestión está superada y que los ciudadanos vuelven a creer en el partido de Rajoy para superar la crisis económica y desbancar al tripartito. En esencia, esas son las peores noticias, la autocomplacencia que destila el argumento. Poco después de estallar el caso Taula, a principios de año, con las detenciones de Alfonso Rus, Serafín Castellano y tantos otros, los populares valencianos estaban dispuestos a organizar un congreso de refundación, a cambiarse el nombre y a cortarse incluso miembros sanos para atajar la hemorragia. Ocho meses después, nadie se plantea ya medidas extraordinarias. La espera pasiva de Rajoy se ha contagiado a los populares valencianos, convencidos de que los frutos llegarán por el único peso de la gravedad que los hace caer de los árboles.

En el lado de los perdedores, el sondeo de InvestGroup sitúa en lugar destacado a Ciudadanos, formación que tiene a la mitad de sus votantes pensando en cambiar de voto. Los 13 escaños de mayo de 2015 serían hoy 8, con una fuga orientada casi totalmente hacia el PP. A diferencia de Podemos, que navega sin concretar pero tiene un líder, Antonio Montiel, los de la formación naranja van como pollo sin cabeza. El portavoz autonómico, Fernando Giner, está en el Ayuntamiento de Valencia; Alexis Marí pelea sin éxito alguno en las Corts y en Alicante, donde la formación ha alcanzado cierta cuota de presencia y poder, acaba de caer el líder local José Luis Cifuentes, marcando posiblemente el punto más bajo de los de Albert Rivera, en riesgo de repetir la historia de UPyD.

Del aguilucho cenizo a la zamarrilla puertomediterránea

Vecinos de Paterna y toda el área metropolitana de Valencia partidarios de la construcción del complejo comercial y de ocio Puerto Mediterráneo han empezado a organizarse y a recorrer los viveros de la zona para localizar y cultivar en sus terrazas, jardines y huertos la preciadaTeucrium edetanum, más conocida como zamarrilla o por su nombre en valenciano, «poliol mascle». Habrán pensado que de este modo, incrementando la población de esta especie endémica, si el proyecto tiene una segunda oportunidad con otro procedimiento administrativo, los responsables de Medio Ambiente por el tercio de Compromís que han vetado la iniciativa no podrán usar el argumento de la flora amenazada, concentrada en el terreno elegido para el proyecto. Hace años, cuando Carlos Fabra planteó el aeropuerto de Castelló, aquel «del abuelito», la presencia de diez parejas de aguiluchos cenizos fue uno de los principales argumentos esgrimidos por los contrarios al aeródromo. Como suele sudecer, hoy nadie muestra la menor preocupación por tan amenazada rapaz, utilizada entonces como lo es hoy la singular especie vegetal paternera.

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