La humedad relativa media anual es más elevada en climas húmedos, como son el oceánico o templado húmedo con veranos poco cálidos de latitudes medias e inviernos no muy fríos, con temperatura media del mes más cálido inferior a 22 ºC y, que se formula con las letras (Cfb) en la clasificación de Köppen y el clima ecuatorial, que equivale a la letra A, y en cambio es más baja en climas secos (B) en la clasificación de Köppen. La humedad relativa también es bastante baja en los veranos de las zonas alejadas del mar en el caso de los climas mediterráneos con una clara influencia continental. La elevada nubosidad y gran cantidad de días lluviosos hace que los climas oceánicos de latitudes medias tengan humedades relativas medias superiores al 75 %, e incluso en meses más fríos se supere el 90 %. Esta humedad, junto a la elevada velocidad media del viento, hace que el frío sea más insoportable en estos climas con idénticas temperaturas, velocidades del viento más bajas, humedades inferiores e insolación más elevada respecto a los climas continentales, excepto en lugares con muchas nieblas. Los lugares del mundo con humedades más bajas se encuentran situados en los desiertos, por tanto climas secos, con humedades que al mediodía y en verano puede bajar hasta valores cercanos al 0 %. Sin embargo en climas mediterráneos con influencia continental las humedades de los veranos también son bajas, con promedios del 35 al 40 % en diferentes ciudades españolas en los meses de julio y agosto. En cambio, en las costas mediterráneas las brisas marinas y la elevada evaporación del mar implican humedades elevadas en verano, alrededor del 70 %, que hace más insoportable el calor con idénticas temperaturas respecto a las zonas del interior.