Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Somos unos monstruos

No seré yo quien me queje de que al director de El orfanato, Lo imposible y Un monstruo viene a verme le hayan dado hasta en el carné de identidad y lo enaltezcan a partes iguales. Que si la del monstruo es tramposa por los cuatro costados, la llorada del año, vamos, y que si el viaje emocional es notable, con un Bayona que demuestra su capacidad para sugerir terror y efecto balsámico a la vez convirtiéndose en la prueba fehaciente de que el cine „la cultura, el arte, vaya„ cura. Cada uno es muy libre de vivirlo a su manera, estaría bueno. Para más espectáculo, la recién estrenada está batiendo récords de taquilla. Malo. Ni el fútbol, ya saben. El deporte nacional es el que es. Almodóvar ha acabado siendo infinitamente más reconocido fuera que dentro y hablo de Estados Unidos, Reino Unido, Francia... no de Suiza ni Andorra, donde los que tienen la ficha hecha pertenecen a otras familias. Tanto meterse con la de los Bardem mientras el patriarca de los Pujol continúa asistiendo a recepciones como si tal cosa y los demás departiendo con él como si tal otra.

Pero vuelvo a la historia, que me pierdo. En el caso de que las tres películas mencionadas se hubieran producido en jólivu, los de siempre dirían que nuestro cine es incapaz de rodar algo así, ya que solo gira sobre la guerra civil. Hay gente que se ha quedado anquilosada, que acude muy poco a las salas y que desprecia el catálogo hispano aunque se le llene la boca con «Es-pa-ña» sin que, oiga, nadie se atreva a tocársela. Pues que sepan que, a pesar de los pesares y de que también participan de esa línea quienes no deberían permitirse el lujo, el paisaje anda repleto de creadores como Trueba, Amenábar, Cesc Gay, Alberto Rodríguez, más los mencionados y otros que son comparados a Spielberg, Scorsese, Wilder por estrellas... de otros países, claro. Para Sigourney Weaver, lo que encumbra al realizador de la cinta que tanto hace llorar «es esa gran visión para combinar lo fantástico y la realidad». Sí, lo siento, pero lo que tenemos es un sueño. Y manque joda, real.

Compartir el artículo

stats