El pasado 26 de junio por la noche, el sentimiento en la casa del pueblo de Buñol era de alivio. El anunciado "sorpasso" de Podemos no se produjo y los socialistas mantuvimos la segunda posición. Aún así, la derecha creció y la izquierda bajó, por lo que si no daban los números para un gobierno de izquierdas en diciembre, menos ahora en junio. Era un buen momento para comportarse como un partido de estado y anunciar, que España no podía seguir con un gobierno provisional, que había una mayoría de derechas y que a ella se tenía que dirigir Rajoy para sacar adelante su investidura, pero en caso de que no llegara, el PSOE facilitaría las abstenciones que hiciesen falta para que de una vez por todas, arrancase la investidura. Se le ha dado a mi parecer excesiva importancia al hecho de facilitar la investidura, cuando lo realmente importante es el día a día de la legislatura y donde se podría observar con claridad, la enorme debilidad parlamentaria con la que cuenta el PP. Parece ser que esa era la intención del compañero Sánchez (convertido en una especie de Ernesto Che Guevara por una parte de la militancia, cuanto menos, confundida), después de la revelada conversación privada entre el antiguo secretario general y González. Finalmente no se atrevió y optó por la huida hacia adelante. En definitiva, decidió seguir con la misma estrategia que venía llevando a cabo desde el pasado 20 de diciembre.

Sánchez ya es pasado y si queremos volver a reconstruir el partido, no puede ser futuro. El anuncio, vía Revilla, que se presentará a las primarias, lo achaco más al calentón del momento, que a una decisión meditada. Cuando lo medite es muy posible que entienda, incluso él, que su tiempo ya ha pasado. De la misma manera que Sánchez no puede ser el futuro del partido, tampoco lo puede ser Díaz. Sus formas, más allá de Despeñaperros, no acaban de ser compartidas por una amplia parte de la familia socialista. Personalmente pienso que ella es consciente de esta situación y que si da el paso, será más por presiones de su alrededor, que convencida que es lo más apropiado. Sánchez y Díaz son los máximos representantes de esos dos PSOE que existen a día de hoy, por lo que parece bastante razonable que el futuro sg y/o candidato, no sea ninguno de los dos y optar por una tercera vía.

La crisis en el PSOE, también afecta de lleno al PSPV, con un lermismo partido en dos (Lerma y Montón votaron a favor de los precipitados plazos para primarias y congresos, marcados por la anterior ejecutiva, a diferencia de Puig) y un divorcio importante entre diferentes lideres provinciales y el secretario general, especialmente reflejado en el choque frontal entre Ábalos y el Molt Honorable.

Ahora más que nunca, las formas son casi tan importantes como el fondo y esas personas, que por su carácter, su personalidad, su empatía, son capaces de crear equipos, de no mirar con enfermiza obsesión la matrícula de los compañeros a ver de dónde vienen y sí su capacidad de trabajo y su lealtad con el proyecto socialista, vengan de donde vengan.

Esos Ángel Gabilondo, Patxi López o Jorge Rodríguez, son imprescindibles en los congresos que se avecinan, si además de congresos, queremos volver a ganar la calle.

A los compañeros del comité federal del próximo domingo, desearles suerte, animándoles a un debate sosegado, pero claro con la realidad a la que nos enfrentamos, dejando atrás, ese lenguaje de bandos incorporado por el anterior secretario general, que tanto daño nos ha hecho. Por encima de todo somos compañeros y como tal, nos debemos de comportar.

El proyecto socialdemócrata que representa el PSOE, es más necesario que nunca. Hagamos todo lo posible para que no se desmorone. Me temo que si se acaba con él, sería muy difícil construir algo parecido que represente a aquellos que nos sentimos tan socialistas como demócratas. Vamos a intentarlo!

*Concejal de Buñol del PSOE