La población valenciana de Oliva, con 817 litros por metro cuadrado caídos el 3 de noviembre de 1987, ostenta el récord de España de precipitación máxima en 24 horas. Le siguen la Pobla del Duc con 790 (4-11-1987), Gandia con 720 (3-11-1987) y Benasque con 700, según datos oficiales de Aemet, aunque sobre este último, correspondiente al 22 de noviembre de 1923, existen dudas. Por otra parte, el jueves pasado se conmemoró el aniversario de la rotura de la presa de Tous, sucedida el 20 de octubre de 1982 tras lluvias tan torrenciales que presumiblemente se registraron aguas arriba, en la Casa del Barón, en torno a 1.000 litros por metro cuadrado. No es un dato exacto, sino una estimación realizada por el meteorólogo Rafael Armengot en un estudio, que nos da una idea de la magnitud de aquel episodio. También hace pocos días se conmemoró la última riada de Valencia, la de los días 13 y 14 de octubre de 1957. Todos estos temporales son conocidos, pero en la historia de las efemérides meteorológicas hay otros episodios que permanecen un tanto olvidados a pesar de que fueron tan extraordinarios como aquéllos. Es el caso del temporal del 20 de octubre de 1973 en Murcia y Andalucía oriental, donde aquel fatídico día murieron decenas de personas. En las localidades de Albuñol (Granada) y Zurgena (Almería) cayeron en pocas horas 600 litros por metro cuadrado. Eso es más de lo que llueve en un año en la mayor parte de los observatorios de España. Excepcionales también fueron los 858 litros caídos en menos de 48 horas, los días 1 y 2 de octubre de 1957, en la localidad alicantina de Xàbia. Allí mismo, poco después, el día 15 de aquel octubre de 1957 (cuando Valencia estaba inundada por el Turia) caían 300 litros más, por lo que en Xàbia, sumando lo que llovió los demás días, se acumularon dicho mes 1.278 litros de lluvia. Muy cerca, en Dénia, el mes acabó con un registro parecido: 1.104 litros de precipitación. Son todos datos escalofriantes que atestiguan la violencia que puede alcanzar nuestro clima mediterráneo en otoño.