En los momentos graves por los que atraviesa la gobernabilidad de España, el fallecimiento de Ricardo Cardona Salvador, ligado a la familia Simó de Ontinyent, adquiere especial significación. Formó parte de la generación de empresarios de la transición a la democracia en la Comunitat Valenciana con trascendencia española. Presidente de la Comisión de Comercio Exterior de la CEOE y en el Consejo Superior de Cámaras. Aquella generación forjó el relevo radical en las entidades económico-empresariales. El paso del abolengo empresarial hacia la democratización de las instituciones, impulsado por personas arraigadas en distintas comarcas. De l´Horta (José María Simó Nogués-metal), Vall d´Albaida (Cardona-textil), la Costera (Ramón Cerdá-mueble) y más adelante José Enrique Silla (industria papelera-la Hoya de Buñol).
La desaparición de Ricardo Cardona marca el fin de una etapa. El sector textil, el comercio exterior, Ontinyent y la Vall d´Albaida son los hitos de un personaje con amplias posibilidades en el entorno económico-empresarial. Se mantuvo en los aledaños del poder económico cuando podía haber presidido cualquiera de las organizaciones e instituciones. Formaba con Simó Nogués y Cerdá la terna coetánea que protagonizó la renovación empresarial de líderes con visión de futuro. Participó en la creación de la Confederación Empresarial Valenciana (1977) y formó parte de su junta directiva, en cuya elección fue el candidato más votado, incluido su presidente, Vicente Iborra. Ambos, íntimos amigos, tenían formación jesuítica en el Colegio de San José S.I. y en las aulas universitarias de la Comercial de Deusto, en Bilbao.
Cardona participó en el desarrollo del Impiva „cuyo antecedente inmediato fue el Instituto de Promoción Industrial vinculado a la Cámara de Comercio„, de los institutos tecnológicos (Aitex), de Procova (Promocions Comunitat Valenciana) que se lanzó desde desde la Cámara, para convertirse en el IVEX, dinamitado por razones políticas por el PP. Cofundador con Simó Nogués (Bancaja), Silla (Cámara) y Cerdá (Feria) del Círculo de Empresarios de la Comunitat Valenciana (1993) y de la Oficina de la CV en Bruselas ante la Comisión Europea. Junto con el Impiva, el IVEX y Feria Valencia „pendiente de proceso judicial por los 20 años que gobernó el Partido Popular con Zaplana, Olivas, Camps y Fabra„ Cardona desarrolló una intensa actividad sectorial, desde la Asociación Textil de la Comunitat Valenciana y de Vall d´Albaida.
Fueron los empresarios que armonizaron la alianza entre democracia y autonomía. El 26 de mayo de 1981 se fundó la patronal autonómica Cierval, ahora en crisis abierta. La cristalización de la nueva fórmula de interrelación empresarial y la concepción autonómica de las administraciones, según la Constitución de 1978, tuvo dos protagonistas: Iborra (CEV) antes de su derribo y Simó Nogués (Cámaras). Dos titanes, frente a frente. Se partía de dos objetivos. Uno, el relanzamiento de la economía valenciana desde los diferentes sectores y de las realidades comarcales, con una visión integradora. El otro, reforzar su papel en el conjunto de España, con especial hincapié en la dimensión internacional, avalada por la vocación exportadora que caracteriza a las empresas valencianas.
Este esfuerzo común que se intentó afianzar con la conformación de un entramado financiero autóctono „Bancaja, Banco de Valencia, Promobanc, Banco de Murcia, Banco de la Exportación, IVF, cooperativas de crédito, cajas rurales, Banco de Alicante„ se frustró con la pérdida de la independencia empresarial que se fue supeditando a su vinculación al PP, primero en la oposición y después en el poder. Ricardo Cardona, tras su sonado portazo a Luis Espinosa en AVE, se recluyó a su Vall d´Albaida. Pepe Simó logró resistir y dimitió de la presidencia de Bancaja por salud (1997). Ramón Cerdá, cesado en Feria Valencia, volvió a sus negocios en Vallada. José Enrique Silla, forzado a dimitir en Cámara de Valencia, se dedicó a la fabricación de papel en Buñol.
Después llegó el advenimiento barriobajero de Arturo Virosque a la presidencia cameral, con los resultados que se observan. El desembarco de Alberto Catalá, de la mano de Rita Barberá, en Feria Valencia ha desembocado en un proceso judicial y en un agujero de mil millones de euros. La entrega de la CAM a Banc Sabadell y del Banco de Valencia a Caixabank. El engullimiento de Bancaja por Bankia, con un coste para el contribuyente que supera los 22.000 millones de euros y el procesamiento de su presidente, José Luis Olivas, por malversación y fraude fiscal. Somos la única autonomía que ha tenido a dos de sus presidentes sentados en el banquillo por causas penales.
Constituyen las pinceladas de un desastre perpetrado desde la intolerancia, la prepotencia, la delincuencia y la irresponsabilidad de una banda organizada, con coartada ideológica, que ha dejado este país esquilmado ante la decadencia socioeconómica y sin resortes políticos para superar los retos que se le plantean. El único activo son las deudas.