Tras la ronda de entrevistas que el rey Felipe VI mantuvo lunes y martes con los representantes de los partidos del arco parlamentario, tenía elementos para encargar la formación de Gobierno a quien pudiera reunir los votos necesarios. Quedaba abierta la puerta para la jornada de la investidura. Si no se logra hoy, en la primera votación, en la que habrá más nóes que síes, será en la segunda, sábado, con la cantada abstención del PSOE (en todo o en parte). Y entonces Mariano Rajoy podrá dejar de gobernar en funciones y emprenderá el camino que ha marcado Bruselas desde hace tiempo y que va a quedar reflejado en el presupuesto para 2017 que ha ido retrasándose ante la imposibilidad de aprobarse por la situación en que se encontraba el ejecutivo.

Las posibilidades del Gobierno en funciones eran muy limitadas, ha ido sacando adelante algunos temas pero los grandes temas del techo de gasto, de cumplimiento con el margen de déficit, estaban en el aire. Y por supuesto, los recortes que exigía la Comunidad Europea. En poco tiempo se desvelará la verdad, aunque puedan maquillarla.

Cunde la alarma si esos 10.000 millones (ayer apuntaban a unos 5.500 de urgencia) han de salir de más sacrificios y que la austeridad aumente su cuota de víctimas. Como se duda de la solución transitoria elegida por De Guindos, con el aumento del impuesto de sociedades (una especie de crédito al Estado, un adelanto, sobre el que luego pueden hacerse los descuentos obligados, pero con un año de retraso, ante la cuenta de resultados de estas empresas). Y para los sectores más sensibles, como los que dependen del salario o de la pensión, se cierne la duda si seguirán sin aumentar o si corren el peligro de cargar con más impuestos.

Mayor alarma ha desatado el recurso a retirar de la hucha de las pensiones para las dos últimas pagas extra. Hay un notorio déficit en la Seguridad Social. Con lo que urge buscar un modo de financiarlas y por tanto reunir el Pacto de Toledo para arbitrar la fórmula que recupere liquidez a este fondo menguante. Si esto lo va a poder a hacer este Gobierno que surja y que estará en minoría en las Cortes, hay dudas. También hay muchos que creen que los pactos ya se han negociado y que la abstención tiene uno objetivos y no va a quedara en un albur sujeto a vaivenes de propuestas en la cámara baja. Todo pudiera suceder si no es así.

Se ha magnificado la reunión del otro día en el Comité Federal del PSOE. Sin duda la abstención se impuso. La forma en que se realice se dejó en el aire. Y no parece que vaya a ser la llamada abstención técnica de once o doce diputados, que carguen con el autosacrificio. Qué precio tenga el acto y cuándo se pague dependerá si esta legislatura dura seis meses o dentro de un año por estas fechas podemos estar de elecciones.

Cuando publiqué el artículo Mariano, sé fuerte y con posterioridad a las segundas elecciones Una legislatura de pactos, me acerqué a lo que podía suceder dado el contexto, pero ni en un caso o en el otro miré una bola de cristal ni eché los dados. Tampoco resultan más fiables las encuestas del CIS, que deparan en épocas electorales varias sorpresas o muestran desvíos importantes, sin que acaben de aclarar las causas (metodológicas o doctrinales). Las que se estarán confeccionando serán de interés y marcarán tendencias, pero tendrán mucha cocina, es de suponer. Con todo, habemus investidura.