Nos veremos en esta legislatura o en la otra, pensarán por Madrid tras las últimas decisiones y no-decisiones que se han tomado con respecto a la Comunitat Valenciana. Y eso que estamos condenados a entendernos. Pero, por ahora, cualquiera diría que nos han declarado en estado de sitio. Para poner luz, primera medida del Gobierno con la Comunitat: cobrarle los 18,9 millones de la multa de la Unión Europea impuesta a España por la ocultación sistemática de facturas por parte de los ejecutivos valencianos del PP; justo después de jurar el Gobierno los cargos. Segunda acción: demandar al Consell por la reválida alternativa de la conselleria de Educación; y aún no nos han recibido allí ni para felicitar al nuevo ejecutivo.

El dato. Sólo 58 colegios de la Comunitat optaron por examinar a sus alumnos como indicaba el ministerio mientras 1.193 centros siguieron la propuesta del conseller Vicent Marzà que se denuncia. Que una abrumadora mayoría de centros educativos desautorice una ley debería ser un punto a tener en cuenta, más aún, si lo primero que hace el presidente en pleno debate de investidura es sacrificar esas reválidas de Wert y aplazarlas sin fecha hasta conseguir un consenso nacional. «No habrá efecto académico», vino a decir Mariano Rajoy. Pero sí han venido los efectos colaterales contra esta Comunitat por impulsar un pacto por la educación y afearle a su anterior ministro un sistema tan poco educativo de evaluar al alumnado.

Valencia cruzó el desierto. No a solas. Comunidades como el País Vasco, Andalucía, Aragón, Asturias, Cantabria, Cataluña, Extremadura y Balerares también fueron declaradas en rebeldía a la Lomce. Si algo no está bien, no lo está. Y ni las reválidas ni la Lomce lo están. El clamor educativo recorriendo de arriba a abajo esta tierra y tomando el balcón del ayuntamiento de Valencia, como mostró la portada de este periódico, es una imagen que guardaré siglos en la retina. No soy la única. La denuncia en el TSJCV por parte del ministerio contra las reválidas aplicadas no es de justicia. Primero porque hasta el propio gobierno reconoce su fracaso al tener que dejarlas sin efecto y después, porque es mal inicio para negociar un pacto. A esto, se le añade la infrafinanciación histórica a esta Comunitat, ¿y ahora se le cobra esta semana la sanción por la ocultación de facturas de anteriores gobiernos para que cuadren a España los números en Europa?

¿Nos dejamos algo? Sí. No tocó cartera ministerial a la Comunitat. Pero tampoco hemos alcanzado el segundo escalón. Ninguna secretaría de Estado de los ministerios del área económica. Ni una subsecretaría o dirección general. Nada. Por si faltaba alguna cosa más, el corredor sigue reclamándose a gritos mientras Fomento reactivaba esta semana el tren litoral para Marbella a costa del Alicante-Benidorm. Un proyecto estupendo para Andalucía, qué duda cabe, para mejorar la red de cercanías ferroviarias en la Costa del Sol. Fue aparcado por falta de rentabilidad.

Leía que la vicepresidenta Mónica Oltra ocupó su intervención en la conferencia Nueva Economía Forum en el Ritz de Madrid para poner al corriente a la capital de España de los asuntos que nos tienen preocupados a los valencianos. La leí a ella y también lo que le reprocharon por no saber llegar, sonreír y vender lo bien que estamos cuando no lo estamos. ¿Estamos bien? Pues aún se quedó corta.