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Alfons García03

Venganza con la mano izquierda

Ecos de guerra en la comunidad morada valenciana. La generación antisistema de Podemos amaga con subirse a las barbas de Antonio Montiel. El debate entre calle o instituciones sitúa uno de los elementos cruciales actualmente en la izquierda.

Lección de Tolstoi contra la venganza: cuando quieras vengarte de alguien, piensa que un día fue un niño y que un día tendrá que morir. Pablo Iglesias, Íñigo Errejón, buenos lectores, como demuestran en las redes, no parecen amantes del realismo ruso, a la vista de la disputa en la que se han embarcado para marcar el rumbo y ostentar el liderazgo „siempre tan importante, da igual que se trate de una organización de corte asambleario„ de un partido con menos de tres años de historia.

Los correligionarios morados valencianos (dígase Antonio Montiel, Sandra Mínguez, Àngela Ballester y demás cargos electos) han aprendido la lección de los superiores y van por el mismo camino: decididos a disputarse el mando de la delegación, federación o partido independiente local. Suenan tambores de guerra, es el aroma que emanan las últimas declaraciones de Mínguez, apartada el pasado verano de la secretaría de organización de Podemos CV. En la batalla cercana, la división entre pablistas y errejonistas viene marcada además por un factor generacional: los más veteranos se apuntan al Podemos amable y seductor de clases medias; los más jóvenes y herederos directos del 15M prefieren el discurso duro y antisistema. Nada es blanco y negro en la vida, pero la división por edades funciona mayoritariamente en la cúpula valenciana morada.

Al margen de la guerra de egos, lo que está en juego es el lugar de Podemos en el mundo: en el sistema o en la órbita antisistema. Hay políticos y pensadores que dan por muerta la dicotomía izquierda/derecha, reemplazada por el nuevo eje instituciones o calle. La división tiene un componente falso, porque no se entiende un compromiso democrático sin aceptar un mínimo marco institucional, pero el debate sitúa cuáles son los nuevos quebraderos de cabeza de la izquierda europea.

Vale la reflexión para el socialismo. Parte de su masa social ha estado tradicionalmente en lo que hoy es el universo antisistema, pero el partido „su jerarquía„ ha decidido apostar más que nunca por el sistema al facilitar la investidura de Rajoy con su abstención mayoritaria. Así que choca escuchar a Susana Díaz que el PSOE «se va a recuperar más rápido de lo que muchos creen». Quítenle el contenido machista, pero uno no puede evitar pensar en aquel clásico de la novela picaresca, el Estebanillo González, que calificaba la venganza de «acto femenil».

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