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Entre lo nuevo y lo perenne

Lo que caracteriza a una ciudad viva es la variedad de la oferta. Mientras en el circuito se dan las carreras de motos, con gran afluencia de público, hay espacios en los que se destaca la memoria histórica „como la exposición en La Nau dedicada a València, capital de la República„ y la obra de Hamilton se pone en conexión con Marcel Duchamp en el IVAM, mientras que un artista de la innovación, como Oliver Johnson, despliega el resultado de años de experimentación en la Fundación Chirivella-Soriano. Que a pesar del bajón de los presupuestos, todo eso esté ahí, al alcance del ciudadano, es casi milagroso. Las tres muestras son estimulantes y desafiantes.

Aunque el Consell Valencià de Cultura ya editó unos volúmenes con los trabajos de un colectivo de expertos y así pudimos descubrir un continente perdido (un año de la vida de esta ciudad en un momento muy peligroso y álgido) ahora nos entra por los ojos, con esos carteles, esos prospectos, cantidad de documentos privados y oficiales, todas esas fotos de la vida política, sindical o de los bombardeos a que la aviación italiana sometía a Valencia desde Mallorca o a los que venían desde Sevilla (alemanes). Hay aún valencianos que lo recuerdan y que eran sólo niños (o niñas) entonces. Nos cuentan del miedo o de la inconsciencia.

La de Hamilton se podría titular una exposición de gabinete o de estudio, pero su variedad e intensidad dan idea de la fuerza de este creador británico, que mantuvo una relación especial con el museo desde los años 90 del pasado siglo. Lo recibimos como un inventor del pop art, pero hundía sus raíces en el dadaísmo y el surrealismo. Era una mente y una persona inquieta y abierta. Y lejos del engreimiento de las figuras del pop americano. Crítico, irónico. Lo que propone como un juego siempre tiene una cáscara amarga y un contenido. Era un verdadero rebelde.

Y por los caminos que transita Johnson „a quien hace años lleva la galería Punto porque se estableció aquí, y me dicen que tuvo como maestro a Yturralde„ el riesgo es máximo. Como los artistas más fecundos ha trabajado la técnica y las nuevas posibilidades de luz/color que tienen los materiales que utiliza. Sus referencias pueden prolongarse al Op Art, también al Cinético, pero su propuesta es fuertemente original. A veces deslumbrante y por supuesto efectiva. Imposible imaginarla en otro espacio. Acaban de publicar un importante volumen sobre su obra.

Aunque es imposible abrazar la realidad completa, yo diría que junto a las muestras dedicadas a Pinazo y la del equipo Crónica, dibujan un momento muy vivo de la vida cultural. Hay descubrimientos y redescubrimientos, hay compromiso, verdadera vanguardia. Imposible pasarlas por alto. Esas exposiciones tienen un plus y espero que obtengan un público, todas y cada una. Porque hay más cosas bajo la capa del cielo que los presupuestos y las elecciones. Menos mal. Lo nuevo nos concierne, puede expresar estos tiempos tensos, como evoca la dificultad de ayer (la Guerra Civil o los años del franquismo). Nos movemos así entre lo que se mueve y lo que permanece, quedando como referencia obligada o como horizonte.

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