La relevancia que adquieren los entresijos menores de la vida parlamentaria delatan que quizá estemos entrando en una fase de micropolítica como falso sustitutivo de la política de largo aliento que el país necesita. No conviene, sin embargo, subestimar las cosas pequeñas, siempre reveladoras. Así, la refriega parlamentaria en torno a Fernández Díaz deja constancia de que la oposición puede trastocar los planes del PP, pero el carácter correoso que Rajoy imprime al partido obliga a buscar subterfugios que nieguen, como en el caso del exministro, cualquier asomo de asunción de responsabilidades por comportamientos oscuros.

Fernández Díaz presidirá una comisión aunque no sea la que tenía reservada, pese a los intentos de todos los grupos, excepto el suyo, de recluirlo en un segundo plano de la vida parlamentaria. Es una prueba del poder limitado de la oposición y una fuente de frustración para quienes siguen convencidos de que pueden reconducir en el Parlamento a un PP en minoría, algo que se revela difícil incluso en los asuntos pequeños.

El repentino cambio de posición del PSOE „su paso del voto en blanco al rechazo al exministro para encabezar la comisión de Exteriores„ delata la preocupación de los socialistas por dejar constancia formal de que son el macho alfa opositor. Por lo que pueda pasar, nadie se mueve ahora en el PSOE y lo que haga Podemos es una fuente de inquietud continua. Los de Iglesias han forzado a salir de su compostura de un modo brusco a un partido descabezado y con una dirección más volcada en el ajuste interno que en la acción externa.

Ejercer de cabeza de la oposición exige tener cabeza propia y eso en el PSOE tardará en llegar el tiempo que quieran los rescatadores del partido, que son los dueños del tiempo orgánico. En un conflicto interno que, una vez superados los obstáculos para encarrilar la legislatura, solo les afecta a ellos, dilatar la solución de las diferencias hasta que se diluyan los críticos, para favorecer a una determinada opción, es tan poco provechoso como hacer trampas al solitario.