Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

«Valexit», el soberanismo valenciano

Hace un lustro Cataluña independiente era un acontecimiento con baja probabilidad, hoy lo conocemos como Procés (hacia la independencia); hace poco mas de un año lo que llamamos Brexit no pasaba de trámite inventado por Cameron para poder negociar con Bruselas; hace poco más de un mes Trump era un mal sueño del que Clinton y Obama nos iban a librar, otro temor confirmado. Ahora ya se habla de Calexit (movimiento que propugna la secesión de California de USA). Usar Valexit es una forma de referirse lo que puede ocurrir entre nosotros. Poner nombre a las cosas no significa desearlas, sólo reconocer que existen y así poder referirse a ellas. Cuando alguien dice «me están haciendo pruebas para ver si tengo un cáncer» no desea en absoluto tenerlo, ni morirse en breve por su causa, solo reconocer su situación con rigor y voluntad de enfrentar una realidad que no controla.

El soberanismo en la Comunitat Valenciana (CV) a algunos les suena a esperanza íntima, a otros a improbabilidad. Para bien o para mal, a ambos grupos hay que decirles que la discusión (el debate, la batalla, o vaya usted a saber que acontecimiento mas o menos desagradable) sobre el Valexit puede estar mas cercana de lo que puedan pensar. Como escribe el vasco Daniel Innerarity «las democracias son regímenes de escasa previsibilidad. Que pueda suceder lo inverosímil es algo posibilitado por la lógica de un sistema abierto aunque lo paguemos con una vulnerabilidad en ocasiones inquietante. Nuestros sistemas políticos son impotentes ante quienes ofrecen una simplificación tranquilizadora».

Ha aquí, expresadas con la mayor frialdad posible, algunas razones que están actuando como banderín de enganche del Valexit:

a) La repetida posición del Consell sobre la deuda autonómica y el modelo de financiación expresada por el «hasta aquí hemos llegado» del President Puig. Si no hay solución financiera se supone que se presentarán medidas con un nivel político mas radical.

b) En los acontecimientos vividos con la apertura de la legislatura por Felipe VI, la totalidad de representantes elegidos en la segunda lista mas votada en la CV mantuvieron actitudes identificables con las de parlamentarios de otras regiones que tienen un explícito programa independentista para el actual Reino de España. Compromis y la marca de Podemos en la CV mantienen clamorosas indefiniciones sobre este punto.

c) El separatismo en la UE es especialmente atractivo, ya que proporciona un enclave para el acceso al mercado sin tener que proceder a mayores repartos. En palabras de The Economist, los escoceses comparten sus riquezas con escoceses y los catalanes (valencianos) con los catalanes (valencianos) sin la interferencia o necesidad de extender la redistribución a otros fuera del grupo: Sin dejar de participar y disfrutar de los beneficos económicos de la integración, se pueden tomar decisiones dirigidas a unidades con un elevado grado de coherencia nacional o étnica. Hasta ahora estos razonamientos eran impensables en la actual Europa, pero su actual situación de perplejidad geopolítica no permite mantener previsión alguna en lo que puede ser un final de ápoca.

d) El Procés en Cataluña sigue su camino. La vecindad y los lazos que nos unen con ella son mayores que los derivados de una lengua, indiscutible común, como se destaca continuamente con motivo de la inacabable crónica del Corredor Mediterraneo.

e) En su conjunto, la España de la Autonomías no fue bien diseñada. Lo que hasta ahora han sido quejas financieras al Estado central se han convertido en reproches recíprocos entre comunidades autónomas. Vivimos un episodio en tiempos de Fabra con Extremadura y esta semana ha pretendido incluso cuantificarlo la presidenta de la Comunidad de Madrid respecto a Andalucía.

f) Ninguna democracia del mundo ha tenido tantos gobernantes corruptos como la Comunitat Valenciana. Son palabras de Sergi Castillo presentando esta semana su «Yonkis" del dinero», un libro que llega a las estanterías tras haber escrito «Tierra de saqueo». La digestión esta siendo imposible y así lo vive semana a semana un voluntarioso Consell.

g) El debate ya supera nuestro territorio. Basado en el razonamiento de que Trump es inaguantable en EEUU, May en el Reino Unido, Rajoy en España, etc. Desde Francia llega un lema con resonancias de Mayo del 68: ¡Progresistas de todos los países vayamos a la secesión!. Con el portazo de Pedro Sánchez aparece la vidriosa superación del Estado-nación. Se da por buena una secesión de regiones esencialmente progresistas, aunque pueda llegar un día que en su seno se desarrolle (como ya ha ocurrido en Francia) un populismo cercano al de Trump.

Etc.

En el Valexit quienes vayan a alimentar una u otra postura deberán superar sus legítimos arrebatos histórico-emocionales y preparar argumentos de sostenibilidad. Es muy preocupante que descubramos cómo los respetados británicos carecen de plan para su salida de la UE y que su gobierno podría necesitar mas de seis meses para empezar a hablar, para lo que requiere al menos 30.000 funcionarios extras. El proceso de separación, naturalmente pacífico, entre Reino Unido y la UE es un juego de niños comparado con la tarea que aguarda tras un hipotético éxito del Procés o del Valexit.

Aunque las malas lenguas afirman que, a tenor de las posturas mantenidas en Les Corts por los independentistas catalanes y Compromis, las primeras hojas de cálculo de la futura Republica están viajando de Barcelona a Valencia, hay que esperar que al atravesar el Ebro sean recibidos por personas con capacidad para afrontarlas. De hecho Cataluña todavía no ha aclarado los detalles para que su independencia venga acompañada de su integración en Europa, la liquidación de su deuda autonómica o el cobro mensual de sus pensionistas.

Para hablar de temas como el Valexit hay que volver a Innenarity: «Promover una cultura política en la que los planteamientos matizados y complejos no sean castigados sistemáticamente con la desatención e incluso el desprecio. Evitar que deje de ser tan rentable electoralmente la simpleza y el mero rechazo. Reconocer valores políticos como el rigor o la responsabilidad». Es en este marco, que uno se atreve a hablar del Valexit aunque no lo comparta en absoluto.

Cabe esperar que más de sus legítimos sentimientos, sus animadores tengan bien estudiados los números aunque no se levanten de la silla cuando aparece el Rey. El cáncer existe en los enfermos y tienen muchas más posibilidades de sobrevivir a ellos quienes los enfrentan.

Compartir el artículo

stats