El Día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer es de esas fechas en las que tenemos el compromiso de realizar una reflexión sobre la lucha contra la violencia de género y las políticas en igualdad. Desgraciadamente, las colaboraciones que he podido realizar en los últimos años para Levante-EMV sobre este tema, siempre han estado marcadas por una cierta desesperanza, denunciando el incesante goteo de mujeres asesinadas por lo que se denomina terrorismo machista. Por ello, quiero seguir cumpliendo con ese mandato de las Naciones Unidas para sumar fuerzas contra la pandemia mundial de la violencia contra las mujeres y las niñas, pero también, me parece importante dar una visión de género en positivo.

De ese modo, y como primera cuestión, hay que felicitarse por el acuerdo alcanzado el pasado 15 de noviembre en el Congreso de los Diputados, donde de forma unánime se apuesta por mejorar la legislación vigente y recuperar ese espíritu de consenso que siempre ha tenido esta materia. Esa reflexión de nuestros políticos, tiene mucho que ver con la reclamada revisión y ampliación del concepto de violencia de género, para aproximarnos a la legislación internacional, donde no está acotado sólo a la violencia dentro de la pareja, sino que se refiere a cualquier tipo de violencia que se ejerza contra una mujer por el hecho de ser mujer.

También la Comunitat Valenciana está dando pasos decisivos, como son los trabajos desarrollados por la subcomisión de Les Corts; el esfuerzo por mejorar la formación de los profesionales; o las futuras oficinas de atención a las víctimas del delito, dotadas de un carácter multidisciplinar y especializado. Además, no puedo dejar de subrayarse la progresiva implicación que también está teniendo el sector de la discapacidad en esta lucha, fomentando actuaciones tan interesantes como el proyecto No Más Lágrimas, promovido por UGT-ONCE en Valencia, donde se busca la formación de personas que ayuden y apoyen a las víctimas de violencia de género con diversidad funcional.

En una esfera similar, son muy interesantes las cláusulas sociales promovidas por la vicepresidenta y consellera Mónica Oltra, con las que se busca incorporar en la dinámica de los centros de atención a personas con discapacidad cuestiones básicas sobre respeto e igualdad entre hombres y mujeres. Estas cláusulas, a través de los planes de igualdad, ya se han visado en entidades como la Asociación de Discapacitados de Enguera y Comarca o la Fundación Espurna, centros referentes en nuestro territorio. Por ello, creo que en este día, también era bueno hablar de género en positivo, aunque sin bajar la guardia y manteniendo absolutamente viva nuestra lucha contra esta lacra.