Empezaba la semana ávido de imágenes e informaciones que me contaran la tromba dominical que descargó en Valencia. Pero no pude, porque en los matinales me encontré con el norte, el centro y el sur, este último con un especial protagonismo gracias a la escena de la finca Cantora anegada de agua.
Y después Valencia. Con un balance de 36 personas rescatadas y pérdidas estimadas en 14 millones para la agricultura, nuestra geografía ha sido protagonista nacional en todas las cadenas, por la lluvia pero sobre todo por la que inundó el camino en el que se grabó la imagen de Sari subida a un coche en Sagunt a la espera de ser salvada. Lo siguiente, memes graciosos de la chica rubia y un debate en torno a cómo llegó el vehículo o el afán de la protagonista por salvar su bolso y así, otra vez, volvemos a ser una traca para los demás.
Con este panorama se agradecía especialmente la llegada de HBO España, la sucursal americana de televisión de calidad, aunque lo tiene difícil para destronar a mi gran compañero de esparcimiento, Netflix.
Recientemente se anunciaba el estreno en abierto de la serie Cómo defender a una asesino y pensé que a estas alturas, en las que internet y el consumo televisivo van de la mano, me parecía un suplicio ver uno o dos capítulos a la semana, en un día y una hora que yo no he elegido. Llevo siete capítulos consumidos bajo demanda del drama con Viola Davis en lo que va de semana€
Cómo evolucionan las cosas, antes no podía imaginar toda mi música en un sólo dispositivo, y hoy casi no concibo ver cualquier producto televisivo que no sea emitido en directo, a través de la televisión convencional.
No hay tiempo suficiente para ver todo aquello que ofrecen las nuevas plataformas de pago, con un precio justo que hace que no duela abonar las domiciliaciones mensuales a Netflix o Spotify. Nuevas formas y contenidos para una televisión que está cambiando y me pregunto si Sari está al tanto€
