El análisis, realizado para Oceana por el BorealisCentre for Environment and Trade Research, concluye que para satisfacer la demanda interna, Italia necesita importar cuatro veces más pez espada fresco (16.363 toneladas) que el total de sus propias capturas, y tiene una gran dependencia de las exportaciones de pez espada fresco procedente de España. Así, desde 2007, España ha estado exportando una media de 8.323 toneladas al año de pez espada fresco a Italia, pero no está claro de dónde procede antes de ser desembarcado en España. Y es que de media, el 38 % (1.832 toneladas) de las importaciones de pez espada fresco de España proviene de Marruecos, el principal suministrador de España de este producto. Pero no está claro si estas exportaciones provienen de capturas del Atlántico o del Mediterráneo, lo que subraya la inexistencia de trazabilidad. Los datos comerciales de Marruecos están fragmentados. Entre 2007 y 2011 sus exportaciones de pez espada excedieron sus capturas en una media de 185 toneladas, una diferencia comercial no explicada. Argelia, Túnez y Turquía no parecen exportar sus capturas, dependiendo así de su propio suministro para su demanda interna. Frente al atún rojo, que es una especie comercializada internacionalmente, el pez espada del Mediterráneo se comercializa y se consume por completo dentro de esta región.