El diccionario de la RAE define escultura como «Arte de modelar, taller y esculpir en barro, piedra, madera, metal u otra materia, representando el asunto o composición que el ingenio concibe». Nada más lógico, según ello, que asociar las obras de arte escultóricas a esas otras, a escala reducida, que son las joyas. Y lo ha llevado a cabo la Joyería Marfil en su fiesta navideña, al presentar sus nuevas colecciones junto a las obras del artista vasco Íñigo Manterola. Sus pequeñas esculturas en hierro, vigorosos zarpazos que configuran el espacio con incontenible potencia, alternaban en seis vitrinas con las hermosas joyas minuciosamente trabajadas que Marfil ha seleccionado. Y la verdad es que esa alianza ha resultado un acierto rotundo: arte en distintas dimensiones, bien contrastado y bien armonizado.
Sabida es la inclinación de Marfil hacia las joyas antiguas y su experiencia en esta campo. Es una modalidad evocadora, que añade a la belleza un aura misteriosa de especial encanto. Así lo veíamos en un suntuoso aderezo de broche y pendientes del siglo XVIII, aunque también las preferencias se decantaban hacia los collares de perlas golden o el precioso broche en forma de camelia, de soberbias esmeraldas colombianas.
De una vitrina a otra mucho y bueno tuvieron para contemplar los invitados, entre ellos Maribel Cosme, Elena Ravello, Mayren Beneyto acompañada por su nuera Eva Marcellán, Fernando Roig Negueroles y su esposa Patricia Cerveró, Amparo Jiménez y Emilio Sanchis, la diseñadora Marta de Diego, el sastre Antonio Puebla, Amparo Montoro, Mariola Dolz, la arquitecta Arancha Pérez Pont, la interiorista Lola Vega, las hermanas Ana y Mamen Jofré, el odontólogo Javier Beutel y su esposa Susana Company, Silvia Vilar y Ana Brugger.
Si la doble exposición „joyas y esculturas„ era espectacular, no lo fue menos el lugar escogido: La Cambra, de Ricard Camarena, en el alto del Mercado Colón, que hacía vibrar con azuladas luces la espléndida techumbre. Por añadidura, dos modelos vestidas de rojo y negro por el aplaudido Alejandro Resta, agregaron a la velada otro aliciente, sumado a la música gobernada por un experto DJ. Las hermanas Paloma y Begoña Marfil, junto al escultor Íñigo Manterola, fueron amables anfitrionas del cóctel y la cautivadora presentación.
