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¿Qué ha pasado con Ana?

Seguramente pocos os habréis dado cuenta, pero mientras la audiencia dominical se reparte entre ovnis, «blockbusters», gran griterío y Évole, hay una mujer, que es historia de España y que se ha despedido de la misma pantalla en la que tantas veces reinó. Lo ha hecho sin hacer ruido y con un paupérrimo 0,6 % de cuota de pantalla que se traduce en 106.000 espectadores. Algo pasa con Ana García Obregón para que su «reality» haya pasado desapercibido para la mayoría. Es cierto que el canal recién nacido, DKiss, no alcanza el 1 % de media pero además, parece que el inexorable paso del tiempo tenga mucho que ver y las más de tres décadas de consumo ininterrumpido del personaje, hayan hecho por desgastarla, para dejarla en un rincón privilegiado de nuestro imaginario colectivo.

Se merece ese lugar, por la magna cantidad de entretenimiento ofrecido en todo los soportes mediáticos posibles. En su existencia ha alimentando como pocas, infinitos corrillos nacionales con sus cosas del querer, ha protagonizado masivas leyendas urbanas sobre aviones y prótesis, ha nutrido el erotismo patrio y ha forrado kilómetros de paredes adolescentes en los 80, por entonces hacía paellas para Spielberg y corría aventuras con el Equipo A. Protagonizó algunos de los formatos de entretenimiento de masas más recordados en la era 90, cuando existía un presupuesto y unas audiencias millonarias que ya nunca volverán. Entonces ella era muy familiar, porque conseguía que toda la familia se esperase al final de «Qué apostamos» para verla en la ducha, vestida y era Ana, la última y primera que despedía y saludaba cada año. También se encargaba de inaugurar la temporada estival y mucho antes de la era «selfie», era la foto sobre la arena, tan genuina como fingida. Y se podrá discutir la calidad pero no la inmensa cantidad de espectadores que gustaban ver a una niñera de día que se deslizaba por una barra de noche. Todo eso y más ha sido Ana, que no es poco, pero este, es país para algunos viejos y no tanto para artistas fantásticas y maduras.

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