Con motivo del Día Mundial frente al VIH/Sida, celebrado el pasado 1 de diciembre, se ha recordado que casi 40 millones de ciudadanos en el mundo son portadores del virus y que aproximadamente la mitad desconoce que lo son. En nuestro país, que en la década de los 80 contaba con una de las tasas más elevadas de toda la Unión Europea, en la actualidad 150.000 personas son portadoras del VIH, de ellas un 30% no saben que lo son. La Conselleria de Sanidad se ha sumado a los actos desarrollados con este motivo, con una campaña que lleva por lema: «Hablemos del VIH, hablemos de las infecciones de transmisión sexual y actuemos». La Dirección General de Salud Pública ha dado a conocer que durante 2015 se han diagnosticado 317 nuevos casos, un 81% de los cuales son hombres, con un predominio de edad comprendido entre 25 y 39 años. También se ha informado que 10.911 personas han recibido tratamientos antirretrovirales, y se ha recordado la importancia de no retrasar la aplicación de la medicación para lograr el máximo de eficacia con dicho tratamiento. Desgraciadamente aún existe una inadecuada percepción del riesgo, y persiste el miedo al estigma y la discriminación, motivos por los no se acude a los servicios sanitarios con la rapidez aconsejada. El Comité Ciutadà Anti Sida de la Comunitat Valenciana ha cumplido recientemente su 25º aniversario. Han sido años de lucha, de reivindicación y de apoyo emocional a las personas afectadas por una enfermedad todavía desconocida. Pilar Devesa, activista y periodista, ha participado en la recopilación de las «Historias de ViHda». Iniciativa que busca contrarrestar la tendencia mediática que tiende a considerar a los colectivos con VIH, como personas «diferentes», cuando en realidad, son gente normal, que lleva una vida normal. A través de esas historias que han ido recogiendo, podemos conocer mejor la vida de hombres y mujeres, y su relación con el VIH.

El Comité Antisidaha ampliado su radio de acción al desarrollar un Servicio de Atención Psicológica en colaboración con los hospitales del Peset, El Clínico y La Fe. Buscan mejorar la atención a las personas afectadas por el virus. Como Ramata que abandonó Senegal con su marido y se establecieron en Tenerife en busca de mejores condiciones de vida. Con el tiempo, él parecía haberse distanciado de ella, de repente, como si de una obsesión se tratara, le exigía mantener sexo constantemente. Ella no podía negarse, su religión dice que la mujer debe corresponder obediente las apetencias sexuales del marido. Un día, buscando en un cajón del chiffonnier un recibo del alquiler, encontró los resultados de unos análisis de su marido que le daban VIH positivo. Resignada Ramata pensó que si Dios le había puesto esa valiosa información, que su marido no quiere compartir, a su alcance, por algo debía ser. Comprendió que el interés que él perseguía no era otro que contagiarle su enfermedad. Con mucho valor una mañana abandonó la isla junto con su hijo, y aterrizaron en Valencia. Recibió ayuda para controlar su enfermedad. Pronto encontró un trabajo, que todavía conserva. Ahora estudia y sueña con poder volver a Senegal y ayudar a otras mujeres que como ella, quieran hacer realidad sus sueños.