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La Universidad y su defensa de la inmaculada

Las clases de la Universidad de Valencia en el sitio donde se emplaza la Nau comenzaron en 1499. El papa Clemente VI promulgaría la bula de su erección en 1500, aunque entonces se llamó Studi General, institución que comenzó a funcionar nada más Jaime I organizó la ciudad conquistada a los muslimes. De lo que cabe concluir que es más antigua de lo que se la predica, habiendo residido con anterioridad en otros lugares de la urbe.

En 1530, aquella joven Universidad fue la primera en España en prestar juramento de defender el misterio de la Inmaculada Concepción, aunque Ortí en su «Memorias históricas de la Universidad de Valencia» asegura que fue «la primera Universidad de todo el Orbe», precisando la fórmula de la afirmación que la Virgen María estuvo sin mancha de pecado desde «el primer instante». Exageraba el hombre o no tenía información suficiente, pues se le adelantaron en esta gesta las Universidades de París, Colonia y Maguncia en 1496. Un siglo después de la de Valencia harían lo mismo las Universidades de Sevilla y Granada.

Ello fue consecuencia de la que lió el clérigo Moner en un sermón que predicó en la Catedral de Valencia en el que aseguró lo contrario, que la Virgen no había sido concebida sin pecado original, su nacimiento fue como el de todos los demás. «Moner

„cuenta Miguel Ángel Catalá Gorgues, gran tratadista del misterio de la Inmaculada„ fue desterrado y se dispuso para el día siguiente una solemnísima función de desagravio en la misma catedral. Asistieron todos los graduados de la Universidad, el clero y órdenes mendicantes de la ciudad, celebrando la misa de reparación el propio arzobispo don Erardo de la Marca. Terminada ésta, todos los profesores y doctores de la Universidad prestaron juramento de defender siempre la Concepción Inmaculada de María, y resolvieron que todos los nuevos graduados prestasen el mismo juramento.

La fórmula del juramento, redactada en latín, obligaba a quien la pronunciaba a creer, defender, predicar y enseñar que la Virgen María había sido preservada inmune de toda mancha o falta «in primo instante» por el Espíritu Santo.

«El sábado siguiente al 8 de diciembre de ese año de 1530 se instituyó una solemne procesión que proseguiría celebrándose durante muchos años», cada 8 de diciembre y a la que asistía la Ciutat, Jurats y Consell, en pleno.

Sanchis Sivera cuenta que la primera procesión de la Purísima, probablemente refiriéndose a la que organizaba por su cuenta el Cabildo de la Catedral, se hizo en 1657, «y en ella iba solamente el clero y la Ciudad, marchando hasta la Cofradía de la Sangre, Mercado y Bordadores. Antes de la fecha referida se hacía la procesión en uno de los días de la octava, para lo que dejó una renta, en 1520, D. Rodrigo de Borja, señor de Castellnou y Villalonga».

La primera cofradía de la Inmaculada Concepción se instituyó en Valencia en 1502, en el Real Monasterio de la Senyora Nostra de Puritat, de franciscanas clarisas.

La autorizó el papa Alejandro en 1502, quien fue su primer cofrade, y el segundo el rey Fernando el Católico.

Por entonces, el notario Pere Vilaespina compuso versos para unos Gozos a la Inmaculada donde se lee: «Ab eterno preelecta/ Mare del Verb divinal/ tos temps fos pura/ i neta de pecat original./ Dins lo vostre elet ventre/ se mezclaren les farines?/ per ço fos tostemps perfecta/ puix del pa celestial/ fóreu pasta pura/ i neta del pecat original./ En l´istant foren mezclades/ fon perfet lo pa santíssim,/ i el donàs tenint tancades/ les portes del forn purísim,/ perquè us féu tan gran/ bestreta d´etern béns/ Déu immortal que us féu/ Mare verge i neta. / A vos coredemptriu / feta sens pecat original,/ suplicam que en l´hora estreta/ nos siau molt parcial.?

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