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Viajes espaciales

Al final, Bob Dylan preparará el discurso de aceptación del Nobel, quizás para hacer cash, quizás porque tiene la complicidad de Pati Smith, que asumirá la función de médium, y de las más poderosas, y cantará Va a caer un gran aguacero, dedicada, en especial, a los vecinos de Pinet y Barx que me estarán escuchando. Dylan es muy chulapas y una vez que un periodista bobo „los hay a puñados„ le dijo aquello de «señor Dylan, díganos una palabra», el músico contestó: «astronauta». Lo que, de una galaxia a otra, me recuerda lo que contestó Borges cuando le preguntaron „flipen„ por los viajes espaciales: «Todos los viajes son a través del espacio, ¿no?». Todos no, querido chacarero, el señor Orban y la señora Le Pen progresando adecuadamente se han visto en una marcha de antorchas y charoles, entre otros avances retrospectivos.

Viajamos mucho y averiguamos adonde durante el trayecto. Por ejemplo, he tenido que pasar unas cuantas veces por el aeropuerto y he visto cosas que no creeríais: goteras del tamaño de Wikileaks en toda la extensión de los aparcamientos, espacios cerrados con cinta rojiblanca con charcas tan grandes como La Ciénaga cubana, indicaciones laberínticas para salir de allí sin el hilo de Ariadna que ahora es puta, ya ven, tiene todo el derecho, uno, como decía Umbral, es bordadora, que también tiene lo suyo.

Por cierto, que hablando de lluvias y putas, ha desaparecido, se diría que la han disuelto en el ácido de la pacificación de las conciencias, aquella chica que murió ahogada, presuntamente en un club de alterne de Málaga sin que sepamos si era del oficio o la kely, si estaba de propio o a la fuerza, encerrada con llave o en top less, en fin que ardo de curiosidad y, por una vez, no es lúbrica. Oigo que algunas de las casas anegadas en Málaga fueron construidas en áreas muy vulnerables, pese a lo cual costaban unos cientos de miles de euros, lo damos regalado, oiga. Es un recordatorio de la época en que el concejal era la puta del promotor. Prostituirse es un derecho, pero no podíamos imaginar que hubiera tantas vocaciones.

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