El 6 de diciembre recibí guasaps de amigos socialistas con el lema ¡Viva la Constitución! acompañado de banderas españolas. No sé que extraña mala conciencia les ha entrado, o que fervor patriótico repentino, aunque tardío, han acariciado, pero les comprendo. Nunca tenía que haber sido patrimonio de nadie, sino de todos, la bandera constitucional, y mucho menos la Constitución de 1978, pero lo cierto es que se han apropiado de ella. ¿Quiénes? No lo quiero escribir, ellos sabrán. El 6 de diciembre de 1978 era la primera vez en mi vida que podía votar, y me abstuve muy conscientemente, por cierto. Ni la forma de estado ni otras cosas que no me gustaban, apoyaron tanto mi abstención como el articulo 38 de la misma: "Se reconoce la libertad de empresa en el marco de la economía de mercado. Los poderes públicos garantizan y protegen su ejercicio y la defensa de la productividad, de acuerdo con las exigencias de la economía general y, en su caso, de la planificación." Se reconocía y legalizaba en el máximo rango que las leyes de una democracia pueden reconocer, el capitalismo como sistema económico único e indiscutible. Y eso, a mis veinte años recién cumplidos, no lo podía votar ni consentir. Nadie cita nunca este dichoso artículo, que es la semilla de nuestras sufrimientos pasados, presentes y futuros. Nadie lo discute ni pretende reformarlo, o hacerlo desaparecer, que sería lo más lógico. Porque tampoco somos ingenuos, el capitalismo está ahí, ha ganado todas las batallas y se extiende como una epidemia hasta ser capaz de convivir con los regímenes políticos más crueles como el de la comunista China Popular. Pero de esa realidad cruda e inamovible, hay una gran distancia. Por eso propongo, a los que no tienen claro razones ni circunstancias por las cuales reformar la actual constitución española, que empiecen por ese artículo, a ver si se atreven a hacer algo con él, aunque sea reconocer que están totalmente de acuerdo con su vigencia, lo cual evitaría muchos debates. Aún así, me encanta que el día 6 sea fiesta, y lo celebro: aquello abrió muchas puertas cerradas, pero no hay memoria. Y la bandera española es de todos, por supuesto. Para mí, en especial, representa a los militares, policías y guardias civiles que se han dejado la vida por llevar la democracia y la seguridad a tantos sitios del mundo. Viva mucho la constitución por ellos y todas sus familias.