En los años 70 la mayoría de climatólogos tenían como tema recurrente la preocupación por el futuro de la tierra para una nueva glaciación. Es cierto, estamos en una fase interglaciar, con temperaturas más elevadas que la última glaciación, pero vamos hacia otra fase más fría. No obstante, es muy complicado de afirmar cuándo vendrá esta época fría, pero según las investigaciones más relevantes pueden ser varios miles de años. En la actualidad estamos ante un nuevo escenario climático, el cambio climático antropogénico. La temperatura del planeta sería de -18 ºC sin los gases de efecto invernadero, pero gracias a estos gases (CO2, dióxido de carbono, CH4, metano, entre otros) la temperatura es suave en la Tierra y permite la vida de los seres vivos. El cambio climático antropogénico potencia el efecto de estos gases de efecto invernadero y en el futuro amenazará la calidad vida no sólo de los demás seres vivos, sino de los humanos. Así, la subida del nivel del mar en islas y zonas bajas del planeta amenaza varias partes del mundo, y debemos tener en cuenta que gran parte de la Humanidad vive en zonas muy bajas, cercanas a la costa, lugares potencialmente inundables.

Otra cuestión que no está tan directamente relacionada con las temperaturas pero sí con el clima es la lluvia, pues el cambio climático antropogénico provocará la disminución de los recursos hídricos en muchos lugares donde la falta de agua es habitual y, en cambio, aumentará la frecuencia de episodios con fuertes precipitaciones que pueden provocar inundaciones. Ante estos efectos la sociedad debe adaptarse al nuevo escenario climático con diferentes tipos de actuaciones, especialmente la planificación y ordenación del espacio.