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La otra renta de los ricos

Intermón Oxfam concluye que en el último año 7.000 nuevas personas han pasado a engordar la lista de los ricos en España. 20 al día. Este llamativo dato „preocupante si nos atenemos a que el 30 % de los españoles más pobres vieron reducida su riqueza un tercio también en el último ejercicio„ contrasta con las rentas más altas registradas y fiscalizadas por la Agencia Tributaria. Según los datos del Ministerio de Hacienda, en 2013 solo 4.567 españoles declararon tener una renta personal superior a los 600.000 euros al año. En 2007, el número de ciudadanos que se encontraba en el tramo de renta más elevado era de 10.605, más del doble que uno de los peores ejercicios de la crisis económica.

¿Qué ocurre para que los datos de los ricos reales detectados por la prestigiosa ONGD y presentados en el Foro de Davos y las rentas más altas registradas por la Agencia Tributaria sean tan dispares?¿Por qué los ricos se han reducido a la mitad en los años de crisis según los datos de Hacienda? La respuesta es la descarga de la renta del IRPF a otros impuestos a través de sociedades e instrumentos financieros donde el gravamen es inferior, pero también la caída salvaje de las transacciones de bienes inmuebles, que tuvieron su techo en 2007.

Las rentas de las personas no se deben medir tan solo en el IRPF, el que declaran los asalariados, sino en toda la maraña de empresas e instrumentos para gestionar los patrimonios.

Gracias a la creación de sociedades patrimoniales las grandes rentas pueden pasar de abonar por un capital el 50 % por IRPF al 25 % que estipula el impuesto de sociedades. Mayor es el descuento tributario si se opta por las conocidas Sicavs (sociedad de inversión de capital variable) „que necesitan de un centenar de inversores„ ya que tributan al 1 % y entre el 19 y el 21 % cuando se recogen las ganancias, como en las acciones.

Por lo que respecta a las rentas que declaran ganar más de 600.000, la caída exponencial de declarantes se ha producido por el desplome de las transacciones inmobiliarias. En el año 2007, según el desglose del IRPF, el 54 % de la base imponible en las rentas más altas procedía de la declaración de ganancias patrimoniales. Es decir, de las plusvalías de la venta de inmuebles. Sólo el 18 % de las rentas del trabajo.

En 2013, el 40 % de la base imponible a las rentas superiores a 600.000 euros procedía de las rentas del trabajo, es decir, de sus salarios. Sólo el 26 % de las ganancias eran patrimoniales. De estas comparativas se desprende que la disminución a la mitad del número de ricos registrados por la Agencia Tributaria se produce por el menor número de movimientos del mercado inmobiliario. Sobre todo, de los esporádicos o personas físicas que sólo realizan grandes transacciones inmobiliarias una vez.

Leer las estadísticas de la Agencia Tributaria para saber la riqueza real de los ciudadanos de España es absurdo porque no reflejan la realidad. Hay que empezar a poner cara y ojos a los numerosos «holdings» empresariales. No sólo en su renta.

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