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Neofeudalismo del capital

Para el dramaturgo estadounidense de origen paquistaní Ayad Akhtar, en el país de Donald Trump ha terminado instalándose un "neofeudalismo del capital"

Para el dramaturgo estadounidense de origen paquistaní Ayad Akhtar, en el país de Donald Trump ha terminado instalándose un "neofeudalismo del capital".

La posesión de tierras como criterio para poder ejercer el derecho de voto ha sido sustituida por la fortuna personal en Estados Unidos.

Akhtar, premio Pullitzer por su obra teatral "Disgraced", no disimula en una entrevista con el semanario alemán Die Zeit lo que piensa del nuevo presidente de Estados Unidos.

"Su visión del mundo se basa en la mentira, la venalidad, la más cruda codicia. Trump es como un personaje que hubiese inventado (el filósofo) Thomas Hobbes, totalmente carente de moral", afirma.

Akhtar entiende, sin embargo, cómo Trump ha podido llegar hasta la Casa Blanca y señala que es la culminación de un proceso iniciado hace medio siglo.

"Durante los últimos cincuenta años, los republicanos han perfeccionado un lenguaje inauténtico por el que nunca decían lo que en realidad pensaban".

"Utilizaban un código, y cuando sde quejaban del "big government" (gobierno con excesivas prerrogativas), lo que querían decir en realidad es que no había que dar dinero a los negros".

Pero ha llegado un tipo como Trump, que se ha quitado la careta, ha renunciado a seguir utilizando ese código mentiroso, y le dice a la gente claramente lo que en el fondo piensan.

Un tipo que, según reveló la revista Vanity Fair, ha tenido como libro de cabecera "Mein Kampf", de Adolf Hitler, y ha analizado los discursos del dictador nazi.

Para Trump, explica el dramaturgo, "mi riqueza es manifestación de mi voluntad; a una gran fortuna corresponde una gran personalidad".

Pero por eso, Trump no puede hacer públicas sus circunstancias económicas reales, porque si se revelase que "tiene una montaña de deudas, se resentiría su imagen".

Akhtar cree que la elección de Trump ayuda a muchos norteamericanos a superar "la humillación que representaba haber vivido bajo la presidencia de un negro".

Además, el ciudadano medio estadounidense no "está convencido de que exista el resto del mundo, de que haya algo que no sean los Estados Unidos".

Es un país "tremendamente insular", en el que resulta, por ejemplo, imposible tener una conversación razonable sobre las armas de fuego.

"La locura de las armas de fuego tiene que ver con la virilidad del norteamericano. En cualquiera de nosotros subyace un rabioso individualista que dice: atrévete a pisar mi terreno que te mato".

El protagonista de la serie de TV "Breaking Bad" encarna, dice Akhtar, "la moral norteamericana dominante".

"Es la apoteosis de la autorrealización: la violencia como solución y liberación". O como en la película "Good Fellas": el gánster es el auténtico americano: Joe Pesci es Trump".

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