Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El desconocido Partido Popular

Ha sido abrir fuego la ministra de Defensa con la bala del perdón por el Yak-42 y otra de las nuevas incorporaciones al Gobierno, de la Serna, ha decidido apuntarse a la estrategia. Y por partida doble

El Partido Popular está desconocido. Yo, desde luego, no recuerdo nada parecido. El baño de humildad de las urnas resquebrajando la política de mayorías absolutas ha sido un bálsamo de Fierabrás.

Catorce años y un dictamen del Consejo de Estado han hecho falta para que el Gobierno central reconociera lo que la mayoría de los españoles teníamos claro desde hacía mucho tiempo: la responsabilidad del Ministerio de Defensa y Federico Trillo en el accidente del Yak-42. Y la actual titular del departamento, María Dolores de Cospedal, recibiendo a los familiares de los fallecidos y compareciendo en el Congreso para pedir perdón. Repito, «P E R D Ó N». Una palabra que parecía no estar en el diccionario de anteriores ministros, pero que tras el nombramiento del «gabinete para la minoría», se ha convertido en un término de referencia para las nuevas caras.

Y si no que se lo pregunten al titular del ministerio de Fomento, Íñigo de la Serna, que también ha pedido perdón en dos ocasiones por la caótica gestión de A-3 durante las nevadas de la semana pasada. Y encima le ha faltado tiempo para pasarse por la Comunitat Valenciana para comprobar los daños »in situ»; algo inaudito.

Lo de las responsabilidades es harina de otro costal. Me imagino que deberá asentarse la doctrina del perdón antes de pasar a mayores. Porque el perdón termina en sí mismo, mientras que la responsabilidad abre la puerta a términos aún más elevados, como la renuncia o dimisión.

Y esa transformación del PP, aunque solo sea de palabra, no solo se detecta en el Gobierno central, también se está asentando en la Comunitat Valenciana, aunque siguiendo caminos diferentes.

Aquí la «refundación» de Isabel Bonig es mucho más profunda y traumática. El partido no solo debe de deshacerse del estigma de la corrupción sin cambiar de nombre, también tiene que aprender „y aún le queda mucho„ el papel de oposición después de dos décadas como gobierno. Y eso no es fácil,

De momento el PP de Bonig se ha dedicado a replicar la estrategia del PSPV y Compromís cuando estaban al otro lado. Y en algunos aspectos incluso han llegado a superar a los actuales gobernantes exigiendo documentación. De hecho ya cuentan con una más que respetable colección de sentencias del TSJ contra el C0nsell por falta de transparencia. Y ahora es Mónica Oltra, a la que le han copiado la estrategia, la que tiene que responder a Bonig que lo único que pretende su partido es «colapsar» el Consell con sus peticiones.

De todas formas, al PP aún le queda mucho por aprender como oposición. Y antes de denunciar contratos deberían tomarse un respiro y repasar su anterior gestión como Gobierno. Lo digo por criticar, por ejemplo, la adjudicación de la extinción de incendios a Faasa „¿y el «cártel del fuego»„. Ahora, que lo mejor, con diferencia, ha sido denunciar que el concejal Fuset adjudica los bocadillos y menús para algunos eventos falleros al mismo bar al que se le adjudicacan desde el año 2006 con Rita Barberá como alcaldesa.

Ya digo, falta mucho camino por recorrer.

Compartir el artículo

stats