El irracional apagón de RTVV el 29 de noviembre de 2013 nos obliga a enfrentarnos a una realidad comunicativa en la que la forma de producir y consumir la información audiovisual de proximidad ha cambiado para siempre y sitúa el año 1989 en una suerte de discurso paleotelevisivo. Es hora de repensar un proyecto sin cargas sentimentales ni imágenes y sonidos que nunca volverán. En el actual debate sobre el inminente proyecto de la nueva Radio Televisión Valenciana convergen coincidencias políticas y sociales en torno a la necesidad lingüística, informativa y cultural, pero poco se ha hablado respecto a los imprevisibles flujos de información que surgirán como consecuencia de un contexto mediático inédito.

Mi proyecto para dirigir la nueva radiotelevisión abunda en ese escenario para poder llevar a cabo la función de servicio público y está lejos de premisas maximalistas y propuestas programáticas del pasado. El hábitat mediático en 2017 responde a la existencia de multiplataformas y multipantallas actuando de forma asincrónica e individual. El éxito del nuevo proyecto estará en la capacidad de reconfigurar unas audiencias que respeten al perfil de prosumidor (productor-consumidor), para construir relatos sonoros, audiovisuales e interactivos que se expandan, que sean dinámicos y abiertos.

Durante muchos años la estructura geopolítica y la vertebración sociocultural de la Comunitat Valenciana no era correspondida por una televisión de todos los valencianos. El nuevo ente público debe olvidar el mensaje de cap i casal y aceptar a las comarcas como los verdaderos núcleos de producción y difusión transmedia.

El universo narrativo de estos contenidos de proximidad debe generarse a partir de los rasgos diferenciadores comarcales, espacios con singularidades identitarias propias. Se trata de aceptar que los nuevos usuarios son cada vez más participativos de sus necesidades locales y cada vez más alejados de comportamientos generalistas. La vertebración mediática de la Comunitat Valenciana deberá ser horizontal y fragmentada, o no será.