Acaba de cumplir veinticinco años -en términos familiares, «bodas de plata»- la Asociación Valencia para la Recuperación del Centro Histórico de Valencia (Archival) , que nació el año 1.991 y que preside desde entonces el incansable José Luis Lliso Ruiz.

A lo largo de estos cinco lustros, Archival ha llevado una incansable labor, reivindicando numerosos aspectos tradicionales de la ciudad, y pronto se expandió a otros puntos de la región y hasta hizo campaña nacional, con sesiones muy señaladas en la capital de España; en la Casa de Valencia en Madrid, en el Paseo del Pintor Rosales, donde celebró numerosos actos en los que promovió recuperaciones en otros puntos de la nación.

Aún se recuerda que en aquel salón hizo entrega de una distinción el sacerdote Luis Lezama, que allí en la capital, frente al Palacio Real, creó un restaurante en el que dio trabajo a numerosos jóvenes salidos del reformatorio o de prisión y que así vieron la posibilidad de rehacer su vida honradamente. Este clérigo conoció entonces el mundo de la hostelería, y posteriormente montó un tiempo otro restaurante en Valencia, en un lateral de la estación del Norte; y más tarde creó una escuela de cocina y de hostelería en Sevilla, con cursos especializados, y hasta en Estados Unidos ha llevado su capacidad creadora, junto a una parroquia en las afueras de la capital, con escuelas y formación.

Toda esta actividad de veinticinco años quedó reflejada recientemente -Levante-EMV lo reseñó el pasado mes- en una amplia sesión celebrada en los salones de La Beneficencia, repletos de seguidores, en los que se premió a diversas instituciones valencianas; actividades de diversas poblaciones de las tres provincias -Segorbe, La Nucia, Moncada- así como entidades locales, como la Asociación Valenciana de Periodistas y Escritores de Turismo, en la persona de su presidente, Juan Antonio Calabuig Ferre, entidad que ha cumplido treinta y cinco años, y que anteriormente estuvo presidida por Amadeo Montón y José Soler Carnicer; y en el centenario del Mercado Central y del Teatro Olympia; y otras muchas personalidades y entidades de la ciudad.

En veinticinco años, Archival ha llevado a cabo una labor extensa y activa, con sesiones que reactivaron la vida tradicional valenciana, y durante años ha promovido la divulgación de su actividad con una revista impresa que daba cuenta del quehacer cotidiano de la asociación.

No sólo ha promovido la recuperación de motivos históricos valencianos, sino que en el acto reseñado dio cuenta de cómo la Unesco ha resaltado como «bien inmaterial» las Fallas, una tradición de siglos en esta tierra.

Felicitamos, pues, a dicha entidad -que hace tiempo ya fue declarada de interés público- y aprovechemos los valencianos la labor que lleva a cabo por la historia local, regional y ahora también nacional.