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El consejo tutelador de la RTVV

Mal empezamos con una televisión que aún no ha vuelto a las pantallas. Los representantes del consejo rector, nombrados por los grupos parlamentarios, decidirán los horarios, tiempo y formato de aparición de los partidos políticos. No aprendemos.

Mal empezamos con la nueva televisión valenciana. El que los representantes del consejo rector de la nueva RTVV deban fijar «la participación de los grupos políticos y sociales significativos» en la programación de la corporación, fijando «formatos, tiempos y horarios para su ejercicio» resulta, cuanto menos, sorprendente para ese futuro medio objetivo, plural y transparente. Sobre todo teniendo en cuenta la rémora de manipulación que dejaron los informativos de su antecesora, que agonizó dilapidando millones de euros de los valencianos con una audiencia del 2 por ciento.

Aún resulta más llamativo que convocando un proceso de selección de candidatos para ocupar la dirección general de la nueva cadena, en el que los aspirantes deben presentar unas líneas de actuación y estrategias, se embride la información política.

¿Dónde queda entonces la libertad de expresión y la pluralidad para el futuro inquilino de esa nueva y renovada RTVV? Más que confianza parece despertar recelo.

Lo que no llego a entender, desde un punto de vista meramente práctico, es cómo se elaborarán los «telediarios». ¿El jefe de informativos que salga de la candidatura refrendada por las Corts tendrá que consensuar con Enrique Soriano, José Martínez, Vicente Vergara, Vicente Cutanda, María Lozano y Rafael Xambó el formato, tiempo y horario de la aparición de los partidos políticos varias veces al día? Porque en el mandato se indica que aunque la cuota de pantalla recaerá en el consejo rector, éste deberá estar «siempre de acuerdo con los criterios informativos determinados por los profesionales de la información».

Para llegar hasta aquí nos podríamos haber ahorrado mucho camino. Y millones.

Para establecer cuotas de aparición en la televisión ya está la ley electoral.

Y para ganar audiencia y hacer que la nueva televisión valenciana no se vuelva a convertir otro pozo sin fondo ni credibilidad están los espectadores, que tienen muy claro lo que quieren ver. Y si no les gusta, símplemente cambian de cadena. Un gesto sencillo, de milésimas de segundos, que puede respresentar para futura RTVV la pérdida de millones de euros.

Y se han creado muchas expectativas. El listón ahora está mucho más alto. Aunque eso no es muy complicado viniendo de donde veníamos.

Todo muy kafkiano. O «grouchiano». de Marx. Ya lo decía hace años y vuelvo a recordarlo: «La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y después aplicar los remedios equivocados».

Pues eso.

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