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El Corredor y los derroches de dinero público

El presidente de Mercadona Juan Roig, además de tener una cabeza bien amueblada, posiblemente es el valenciano con mayor autoridad moral, un patrimonio que uno envidia mas que el estrictamente material, que también. No en balde estuvo entre la escasa docena de personas que inspiraban suficiente confianza para encabezar como independiente el gobierno, cuando no se veía el final en la interminable crisis política del año pasado. En esta semana ha personificado la preocupación de los empresarios por las comunicaciones ferroviarias de los valencianos. La mas calurosa bienvenida, ningún comentario a la forma de hacerlo y a que entre sus asesores figure un popular presentador y publicista, solamente expresar una cierta extrañeza por el hecho de que quien ha hecho de su empresa una referencia mundial como modelo de valor/precio y de preocupación social, se haya puesto al frente de la reivindicación Corredor mediterráneo (CM) sin referirse a ninguna estimación presupuestaria, ni análisis de coste/beneficio.

Hashtags como #QuieroCorredor, #Volemcorredor no tapan evidencias para la ingeniería y la planificación de las redes de transporte y, lo que es mas importante, tampoco a las duras realidades financieras y presupuestarias que las grandes obras esconden. Afrontar la realidad de una península ibérica con ancho de vía distinto al europeo y la problemática que supone el tráfico ferroviario moderno de mercancías y pasajeros, no puede resolverse a golpe de twitter. Hagamos un esfuerzo para no confundir CM con la conexión de pasajeros Alicante- Valencia- Barcelona (el llamado Euromed) que los diversos gobiernos centrales han usado para insultar a los valencianos durante lustros.

A pesar de los recientes entusiasmos políticos, empresariales y mediáticos en favor de un CM concebido como una doble plataforma para pasajeros y mercancías que siguiendo el litoral mediterráneo conecte Algeciras con la frontera hispano francesa, la propuesta es disparatada. La obra sigue sin contar con ningún informe solvente que hable de forma favorable del coste/beneficio y ello ocurre tanto para mercancías como para pasajeros, donde el Euromed es muy anterior al CM. La carencia en el manejo de argumentos de peso se extiende a todos: organizaciones empresariales (los valencianos de AVE y los catalanes del Cercle d´Economia) al Consell (aparentemente incapaz de entender lo que Europa nos dice) al Ministerio de Fomento, que durante muchos años, con razón, no se ha atrevido ni siquiera comentarlo con la Comisión y mucho menos al conjunto de editores, periodistas y figuras mediáticas tan activas en la reivindicación. Nadie puede presentar un documento coste/benéfico mínimamente convincente referida a la obra que dice defender. Si todo lo que tiene que aportar AVE al estudio de factibilidad es la frase de su Presidente tras hablar con el Ministro de Fomento „«es una infraestructura que se va a utilizar ´muchísimo´ no solo en el tema de mercancías sino en el tráfico de personas»„, cabe pensar que la muchachada empresarial quizás es menos cuidadosa con el dinero público que con sus negocios respectivos.

Tenemos que reaccionar en lo ferroviario, pero con mas criterio y menos hashtags.

Hablemos de mercancías. En España no existe una sola unidad tractora o vagón de mercancías con ancho europeo y no cabe la posibilidad de una tecnología para intercambiadores de ancho que si existe para los livianos convoyes de pasajeros. La única instalación que se está dotando de vías con ancho europeo para mercancías, al objeto de poderse conectar con la frontera francesa, es el Puerto de Barcelona, que por algo es el mas próximo a los Pirineos. Durante muchos años no va a haber tráfico de mercancías en ancho europeo en el interior de la península (ni falta que hace) y ojalá que sepamos aprovechar toda la infraestructura actual que tenemos en ancho ibérico.

Hace ya bastantes años que uno en su modestia, como miembro de uno de los múltiples comités que en Bruselas funcionan, no se opuso en absoluto que en la Red Transeuropea de Transporte la mercancías que, por ferrocarril, pudieran circular desde/hacía Algeciras lo hicieran por el interior utilizando los surcos que las obras de los AVE de Madrid a Sevilla y a Barcelona dejaban, una opción varios ordenes de magnitud mas barata que la que plantean los promotores del CM. No es, ni era racional, que estas mercancías lo hicieran bordeando toda la riqueza urbanística y turística de nuestra costa mediterránea, con una rosario de pases a nivel y con centros logísticos que nadie demanda. Pretender un CM desde Algeciras a la Frontera de doble plataforma pasajeros y mercancías supone promover un nuevo derroche de las arcas públicas parecido a los resultados que han producido proyectos como las radiales madrileñas (a las que el Estado no sabe como rescatar) al AVE para todos que tantas vergüenzas ahora despierta; al deposito CASTOR con el que para evitar terremotos estamos pagando a escote 1.400 millones de Euros; al túnel transpirenaico de Le Perthus en plena bancarrota, etc.

Hablemos de viajeros (y de la insultante vía única de Vandellòs). El Euromed fue, y sigue siendo, la gran esperanza para que las personas viajaran entre Cataluña y la Comunidad Valenciana. Antes de entrar en el tramo de Vandellòs citemos tres problemas: a) El Alicante- Valencia tiene con sus dos anchos de vía a partir de La Encina: b) el tercer hilo entre Valencia y Castelló, un apaño que no resuelve nada en absoluto, ya que lo que pueda ganarse en velocidad va a ser insignificante ante la estación en «cul de sac» de Valencia. Es otro de los despilfarros achacables a las presiones de políticos y empresarios mas o menos pueblerinos; c) la capacidad del túnel del Cabanyal que va camino de la saturación si no se resuelve las obras que permitan que Valencia sea una estación pasante.

La gran vergüenza que el CM con su doble plataforma no resolverá, es la actual vía única entre Vandellòs y Tarragona. Hace 22 años ni siquiera se trataba de hablar de AVE, ni tampoco de una gran obra, sino simplemente que el Euromed, que enlaza la segunda y tercera capital españolas, no tuviera que pararse para esperar el convoy que viene en sentido contrario, como sigue haciendo.

Entre Castellón y Vandellòs hay una instalación que permite circular hasta los 200 Km/h, pero allí en Tarragona, todo se acaba. A menos de 40 Kms pasa la Linea de Alta Velocidad Madrid Barcelona y también la tecnología para cambiar de ancho circulando unos metros a 10 Km/h. Pasados cuatro lustros nada se ha hecho y todo se ha prometido Han sido 22 años e incompetencias, cambios y políticas inmundas, por lo que ruego que entiendan que la política del hastag sea de difícil digestión. Uno siente la pulsión irrefrenable de pedir responsabilidades de todo tipo a los equipos que durante 22 años han pasado por Fomento, Renfe y Adif, despreciando a quienes en esta tierra vivimos.

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