El nuevo iPhone se cargará sin cables y no tendrá botones. Estas podrían ser las dos características estrella del nuevo terminal de Apple, que aún está en el horno. Mientras, la competencia ultima todos los detalles para presentar en marzo el Samsung Galaxy S8, un teléfono de pantalla "infinita" (curva, sin marcos) que contará por fin con un asistente virtual. Apple no ha escatimado en gastos para su nuevo iPhone, un modelo simbólico que llega en el décimo aniversario del lanzamiento de su primer teléfono. Es por esto que el nuevo terminal, aunque le tocaría llamarse iPhone 8, podría quedar bautizado como iPhone X o iPhone 10. Para esta fiesta de cumpleaños el buque insignia de Apple se viste de cristal. El nuevo iPhone será todo pantalla, diáfano. Pantallas de OLED que, por cierto, le ha tenido que suministrar su competidor Samsung en un contrato millonario. Los botones del nuevo iPhone serán sustituidos por sensores táctiles y no contará con cables para cargarse.

A los auriculares inalámbricos del iPhone 7 le siguen ahora los sistemas de carga sin cables. La firma ha logrado incorporar la deseada carga inalámbrica, según recogen portales especializados como MacRumors o la consultora KGI (muy certera en sus predicciones). Eso sí, no le ha salido barato. El proceso de fabricación de los terminales parece que se ha encarecido debido a los problemas que generó el calor extra de la carga inalámbrica y el sensor táctil de la pantalla. Varios analistas apuntan, por tanto, a que el precio del nuevo iPhone sobrepasará los 1.000 dólares (unos 936 euros). La buena noticia es que hay tiempo para ahorrar porque el modelo X de Apple no llega hasta septiembre Las novedades de Samsung están a la vuelta de la esquina. El esperado Galaxy S8 se presentará al mundo el 29 de marzo con todas las miradas puestas en la resistencia de sus baterías tras las explosiones del Galaxy S7. Samsung tratará de lavar su imagen con un móvil de pantalla "infinita", doble cámara trasera (última tendencia en telefonía de alta gama) y disponible en dos tamaños: 5,8 y 6,6 pulgadas.

El cristal envolverá los bordes del terminal (como en la gama Galaxy Edge) y el botón frontal desaparecerá, al igual que en lo nuevo de Apple. Además, parece que la firma coreana por fin nos presentará a su asistente virtual, que llevará por nombre Bixby (el Siri de Samsung); un elemento más que necesario para acercarse a la tecnología del futuro. En cuanto al precio, el Galaxy S8 oscila entre los 800 y 900 euros. Samsung y Apple no juegan solos en el mercado de la telefonía. Recuerden este nombre: OPPO. Se trata de la nueva marca asiática que ha conseguido desbancar al iPhone en China con la venta de su terminal R9 (más conocido como F1Plus fuera de sus fronteras). "Se vende uno cada 1,1 segundos", afirmó en verano la marca que lo fabrica. OPPO le pisa los talones a Huawei en cuota de mercado (15,5% frente a 16,4% de la compañía líder) y su vertiginoso crecimiento lo podría situar pronto en el trono de las marcas chinas de smartphones.