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Manzanal podrido

Parece que entre la muy nutrida ladronera de Emarsa unos ya han negociado, otros lo harán -juntos o por separado- mientras que unos terceros buscarán la suspensión del juicio, sin que esas iniciativas dispersas de los presuntos mangantes disminuyan un ápice el volumen de desfachatez que transportan, juntos o por separado. Al parecer, la benevolencia judicial es un efecto de la paciencia del reo. No hay que reventar el escaparate de una joyería con una maza, eso no son maneras. Se trata de distraer fondos con limpieza, procurar que no te descubran pronto, lograr un juicio tardío (ningún gobierno parece tener prisa por crear más plazas de juez, no vayan a volverse en su contra), una condena en primera instancia y la libertad provisional. Luego, dios dirá.

Les pasa como a los reos Rodrigo Rato y Miguel Blesa, cuya conducta ha sido considerada ejemplar por el mismo juez que los ha condenado y dejado sueltos. Hombre, muy impecable no parece, al menos para los preferentistas de Bankia; ya sabemos que un juez no es escritor pero sería de agradecer un poco de coherencia expresiva. O como al ciudadano ginebrino Iñaki Urdangarin, que no presenta riesgo alguno de fuga porque ya está fuera y debidamente atendido por un país en el que sólo su dinero recibe más atenciones que usted mismo, querido impositor.

Por cierto, aunque lo mismo la infanta Cristina, que la señora de Torres, que la exministra Ana Mato se empeñaron en hacer ver que todo lo decidían sus maridos, no he visto yo mucha indignación entre las feministas por esta apología voluntaria de la mujer florero, aunque el único trabajo que le conozco a la infanta absuelta fue, por cierto, en una entidad bancaria. Luego está el presidente murciano, Pedro Antonio Sánchez, en cuya inocencia creeríamos más fácilmente si el fiscal que le acusaba no hubiera sido removido de su cargo. Unos dicen que hay algunas manzanas podridas (otros que la culpa es de la gitana canastera que hizo el cesto), pero mis ojos parecen contemplar todo un manzanal de podredumbre de casi medio millón de quilómetros cuadrados.

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