Hace poco he visto a un niño de ocho años -al que nadie había inducido ni aleccionado- montar con sillas un escenario esquemático, en el que manipulaba a sus muñecos de felpa prestándoles su propia voz cambiante en distintas escenas, a la manera de un guiñol tan rudimentario como eficaz. No es un caso único; mas bien parece responder a una inclinación congénita que se exterioriza espontáneamente. Y de forma voluntaria se puede mostrar en la práctica, tal como el movimiento se demuestra andando.
La aplaudida agrupación L´Om Imbrebis ha vuelto a traer a Valencia, al teatro Talía (tras una larga y exitosa gira) su función La crazy class. Es, efectivamente, una excéntrica clase de teatro a la que acuden alumnos de las más variada condición, movidos por esa necesidad íntima, difusa, que precisamente encuentra lo que la satisface en la aproximación al hecho teatral. Así, por ejemplo, la mujer anodina y sumisa al marido descubre en la obra de Ibsen Casa de muñecas un horizonte liberador, o para los jóvenes desmotivados resulta Shakespeare un potente motor de energía vital. Y los sorprendente es que todos los «aprendices de teatro» que van pasando por la imaginaria aula (y son muchos) los interpretan sólo dos actores, Carles Castillo y Carles Montoliu, en un admirable desdoblamiento, por añadidura, sin abandonar el escenario. Su transformación no queda en la apariencia; es la vida de estos seres la que se verá radicalmente cambiada por el teatro, convertido en resorte de su inserción social, en el dominio de una actitud mental más abierta, más plena. La inteligente labor directiva de Santiago Sánchez y Miguel López, que entrevera hábilmente la línea de humor, redondea una obra que viene a ser una microimagen de la sociedad actual y que, con más de cien representaciones hasta la fecha, ha sido finalista del premio valle Inclán, acrecentando los numerosos galardones recibidos por L´Om Imprebis dentro y fuera de España. Tras la última representación en el Talía el domingo próximo, La crazy class pasará al teatro principal de San Sebastián, para seguir después su gira por otras ciudades españolas.
