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Bankia se apunta a los despilfarros del Corredor

Como seguramente recordará el lector, el mes pasado tuvo lugar una especie de gran cumbre empresarial en Tarragona pidiendo el Corredor Mediterraneo (CM) concebido como una doble plataforma para pasajeros y mercancías que siguiendo el litoral mediterráneo conecte Algeciras con la frontera hispano francesa. Fue el primer episodio del roadshow empresarial (con hashtags incorporados #QuieroCorredor, pensados por publicistas televisivos) cuya segunda performance se prepara en Murcia para el mes de mayo; ahora, además, con la incorporación de las planas mayores de Bankia y de la cúpula empresarial española. Incluso se habla de juntar a varios presidentes autonómicos, alguno de los cuales tiene una cierta tendencia a dejarse invitar para luego decaer en la asistencia personal.

Perdón por la pesadez, pero pido un esfuerzo para no confundir CM con la conexión de pasajeros Alicante-Valencia-Barcelona que los diversos gobiernos centrales han usado para insultar a los valencianos durante lustros y cuyas vergüenzas les comenté el lunes pasado. Vandellós-Tarragona sólo son 30 kilómetros del CM.

Empecemos indicando que el actual mapa del CM (Algeciras-Frontera) que defienden los empresarios es el resultado del trabajo de un lobby de constructoras, obviamente interesadas en conseguir obras por docenas de miles de euros. Decididamente Ferrmed ha hecho bien su trabajo, pues políticos autonómicos y empresarios han acabado abrazando la idea apasionadamente, un adverbio que no equivale a racionalmente. Abusando de autoreferencias pretenciosas, el pasado día 20 de febrero (El Corredor y los derroches de dinero público) reiteré que a pesar de los recientes entusiasmos, políticos, empresariales y mediáticos, en favor del CM estamos ante una propuesta disparatada para el erario público. La obra sigue sin contar con ningún informe solvente que hable de forma favorable del coste/beneficio y ello ocurre tanto para mercancías como para pasajeros.

Es una opinión frente a cientos de visiones contrarias, pero hablar racionalmente de presupuestos no supone necesariamente que el voto mayoritario sea el bueno. Una cosa son acciones democráticas y otras decidir el dinero que todos aportamos con nuestros impuestos. Cuando alguien circula por una autopista y observa que el resto de usuarios va en sentido contrario, tiene la obligación intelectual de preguntarse si quien se ha equivocado de sentido al entrar en la carretera es él y no el resto de conductores. El CM hoy es un mito consolidado. El proyecto parece imbatible como demanda colectiva. Es una demanda arropada por un ejército de poderes que van desde los gobiernos autonómicos, hasta la flor y nata de las organizaciones empresariales (AVE, CEOE, CEV, Cepyme, Cercle d´Economia, etcétera) pasando por la nacionalizada Bankia y por medios periodísticos. Ello, sin olvidar su posición a favor de personas muy influyentes como Juan Roig, de Mercadona o Eliseu Climent, del Institut Ignasi Villalonga y su Euram.

A pesar de llevar quince años analizando, unas veces desde València (las más) y otras desde Bruselas (las menos) los pros y contras presupuestarios del Corredor, uno ha tenido la tentación de pararse en el arcén de la autopista, abandonar su voluntariosa prédica y sumarse al numeroso colectivo del #QuieroCorredor. Sin embargo, ni las vigorosas reivindicaciones de los que se supone son responsables instituciones, ni los titulares mediáticos muestran ni se refieren a estimación presupuestaria alguna o al menos a análisis coste/ beneficio rigurosos. La gota malaya trata de hacer su trabajo. Menos mal que en dirección contraria al pelotón del vocerío tendente al despilfarro de dinero público, uno tiene compañía en la UE.

Fue el pasado diciembre cuando el presidente de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), Vicente Boluda, exigió al nuevo ministro de Fomento que los trenes de alta velocidad circularan entre Murcia y Barcelona antes de terminar el año 2017. El ministro dijo que no podía ser y le dio unos plazos que, según la opinión de la Comisión Europea, quizás conviene que no cumpla (el no, no es equivocación tipográfica).

Esta última semana, desde la Comisión de Fomento del Congreso de Diputados, la comisaria de Transportes de la UE, Violeta Bulc, que ocupa el cargo desde noviembre de 2014 y cuya opinión es básica a la hora de recibir cualquier ayuda europea para el CM, ha dado su opinión sobre los planes ferroviarios españoles. Se expresó con tanta diplomacia como claridad: «Insto a España a capitalizar -esto es a aprovechar al máximo- su red ferroviaria de alta velocidad para que ésta pueda ser viable desde el punto de visto económico» porque de lo contrario, «puede acabar convirtiéndose en una carga». «España tiene la segunda mayor red AVE del mundo tras la de China, pero eso también conlleva una responsabilidad, dado que si no se usa, no se puede capitalizar la inversión ni lograr recursos suficientes para su mantenimiento. España cuenta con infraestructuras muy buenas que en muchos casos no están siendo utilizadas». Ignoro si los responsables de AVE y sus publicistas entendieron el mensaje.

El CM también habla de mercancías y aquí tenemos otra ensoñación, ya que ninguno de los puertos existentes entre Algeciras y Barcelona tiene la posibilidad de hacer rentable esta obra. Incluso el puerto barcelonés no está teniendo resultados, a pesar de contar ya con ancho europeo para su conexión francesa. El #QuieroCorredor parece ignorar las razones por las que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia ha sancionado con 65 millones de euros a una Renfe Mercancías al borde de un ERE por distorsionar la liberalización del transporte por ferrocarril. Desgraciadamente no hay mercancía que transportar y por ello se prevé ajustar el 30 % de la plantilla de Renfe Mercancías en un período de tres años. La propia operadora considera que está sobredimensionada, ya que sus conductores solo manejan un convoy durante dos horas semanales.

Como cliente de Bankia me preocupa que sus decisiones financieras puedan tener el mismo nivel de rigor que las que está dispuesta a aceptar como miembro de la reunión de Murcia. De hecho, espero que no se ponga a financiar un proyecto cuyo balance será tan desastroso como el de las radiales madrileñas objeto de lobby como el que aquí se está montando. Con todo lo vivido, nuestro sistema financiero no tiene mucho de que enorgullecerse y en tiempos de crisis los lobistas no son los mejores consejeros.

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