Noruega, Islandia, Dinamarca, Irlanda y la Comisión Europea se han opuesto con firmeza a incluir los bosques de quelpos en la lista de OSPAR de especies y hábitats amenazados y en declive. Oceana, que durante dos años ha trabajado en la propuesta junto con otros países, lamenta que motivaciones políticas mermen la capacidad del Convenio OSPAR de mitigar los impactos del cambio climático sobre la biodiversidad marina del Atlántico. Los bosques submarinos corren riesgo de desaparecer por este factor, especialmente en el sur de Europa.

En nueve años, no se ha añadido ninguna especie ni hábitats en la Lista, razón por la que Oceana asumió la responsabilidad de elaborar propuestas para incluir en ella bosques de quelpos y comunidades de Haploops. Mediante su rechazo a la ciencia -en concreto, la amenaza que supone el cambio climático sobre los bosques de quelpos-, estos países han demostrado que carecen de espíritu de cooperación y solo les mueve una agenda política de no hacer nada.

«OSPAR se ha quedado sin objetivos. Quince gobiernos y la UE no hacen nada para cumplir su misión: proteger el medio marino del Atlántico Nordeste. El Convenio está atrapado en conversaciones interminables sobre un texto que solo puede entenderse como una forma de que las partes contratantes bloqueen la acción. Es hora de que OSPAR se haga real. Seguir hablando no va a detener la grave pérdida de biodiversidad en los océanos», afirma Lasse Gustavsson, director ejecutivo de Oceana en Europa.