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Obligaciones de Puig y Oltra con el Corredor Europeo

Mañana martes, Mariano Rajoy anunciará en Barcelona sus planes para el Corredor Mediterráneo (CM) con una patada en los tobillos soberanistas que aterrizará en las posaderas de los valencianos. Días antes de dar a conocer unos restrictivos Presupuestos de 2017, basados en promesas a vascos y canarios, ahora se pretende sofocar el problema catalán con dinero; realmente dañino para las inversiones que nos puedan legar en 2007. Sin embargo, el ministro de Fomento, mucho más juicioso y realista que Rajoy, se ha visto obligado a nombrar a un experto para: estudiar demandas reales de los servicios de transportes en el CM; estimar costes (cosa que los empresarios de AVE siguen siendo incapaces de hacer para su propio y mediático CM, en forma de doble plataforma, pasajeros y mercancías, entre Algeciras y la frontera francesa) planificar inversiones; hablar con autonomías, ayuntamientos y organismos públicos y privados; intentar dar un calendario factible; y ser el interlocutor del coordinador europeo del CM.

Llevo años sugiriendo a políticos y empresarios que, antes de soltar soflamas reivindicativas, se informen bien de lo que Bruselas entiende por CM como gran cofinaciadora que es. Desgraciadamente ni Rajoy, ni Ximo Puig, ni la oposición, ni AVE pasarían el mas simple examen al respecto. Observando una ciudadanía perpleja viendo una película de buenos y malos.

Desprestigiar a la Unión Europea (UE) es una inconsecuencia que no va a dejar de ser gratis. Algunos hemos seguido los denominados proyectos prioritarios desde épocas tan lejanas en las que Abel Matutes era vicepresidente de la Comisión para asuntos de Transporte y no compartimos la incompetencia demagógica con la que desde Valencia, políticos y empresarios, hablan del CM europeo. Personajes hay que usando Twitter han emulado a Trump; es un «hecho alternativo» acusar a la Comisión de usar dinero del CM para un túnel entre Atocha y Chamartín. Las cosas no siempre son como las explican los que se conducen a través de postverdades.

Lo que sigue, lo tengo como verdadero. Para ayudar a superar la crisis que todavía sufrimos, en 2013, a efectos de cofinanciación, Bruselas definió una nueva Red del Transporte Transeuropeo con nueve corredores necesariamente reticulados en si mismos: 1) Báltico-Adriático; 2) Mar del Norte-Báltico; 3) Mediterráneo; 4) Mediterráneo Oriente/Este; 5) Escandinavia-Mediterráneo; 6) Rhin-Alpes; 7) Atlántico; 8) Mar del Norte-Mediterráneo; 9) Rhin-Danubio.

Las denominaciones de los proyectos 3 y 7 (Mediterráneo, Atlántico) obedecen a la decisión europea de que los accesos desde África (Algeciras) a través de la Península Ibérica (Portugal también existe) fueran los pasos mediterraneo y atlántico. La nomenclatura no es inocente, ya que trataba de plasmar la determinación de desechar, por inviabilidad financiera, el acceso pirenaico central por Canfranc, que era promocionado desde Aragón. De hecho, la cabezonería maña y la cuna de algún responsable de Fomento hicieron que entre tanto se construyera el AVE a Huesca, tan irracional como muchos aeropuertos perfectamente prescindibles, que se dieron por entonces.

En España no todos vivimos al borde del Atlántico o del Mediterráneo y por ello la Comisión, reconociendo que el tramo Algeciras-Bobadilla-Madrid estaba en la intersección, decidió que el CM europeo que se planteaba incluyera, con su futura financiación, la línea Algeciras-Bobadilla-Madrid-Zaragoza-Tarragona (una compensación para Aragón que enterraba su paso central en favor del CM). El segundo ramal era perfectamente costero: Cartagena-Murcia-Valencia-Tarragona. El tramo Algeciras-Cartagena se dibujó para dejar contento a algún político de la zona, pero los almerienses saben que sus verduras y frutas frescas son incompatibles para el alambicado transporte ferroviario y los malagueños ya disfrutaban de un AVE que en poco más de cinco horas los sitúa en Barcelona, pasando por Madrid sin parar en la capital. Es injusto, sea por Twitter o en reuniones empresariales, acusar a la UE de financiar tramos que no estén al borde del mar. Una vez las dos ramas del CM llegan a Tarragona, el CM sigue a Barcelona y a la frontera. Un tramo que razonablemente la UE ya da como prácticamente culminado.

Cuando Rajoy hable del CM solo podrá hacerlo mirando al sur, concretamente desde Tarragona en pasajeros y desde Castellbisbal en mercancías. Esta visión meridional implica mucho más a nuestra comunidad que a Cataluña. La ciudad de València con su túnel pasante pendiente era el lugar para considerar estos planes, aunque por ahora no haya Valexit. Nuestro presidente (mejor olvidar al PP doméstico, que bastante tiene con imaginar un AVE para poder seguir a tanto juez activo) debería haber dicho algo. Será duro recurrir a informaciones de Cataluña para saber de nuestro futuro ferroviario. Rajoy nos mira por encima del hombro, inadmisible en Europa.

Mientras el nuevo equipo de Fomento se aclara sobre qué hacer, para nuestra desgracia todo seguirá como está durante meses, con la conexión entre la segunda y la tercera capitales de España funcionando con la ignominiosa vía única entre Vandellós y Tarragona. Mañana Fomento debe decidir entre: a) aprovechar la instalación sin estrenar en ancho ibérico camino del AVE Madrid-Barcelona que hay instalada; b) poner un tercer hilo; c) sustituir por un ancho europeo. Ignoro por dónde irá el infernal baile de cambios de criterio de Fomento, que en veinte años ha mantenido este tramo tercermundista. Sin embargo, uno debe mojarse, aunque sea desde su irrelevancia política. Después de haber medido pros y contras y saber que en ingeniería toda decisión tiene sus riesgos, me inclino por mantener y completar (electrificación, señalización, etcétera) la instalación en ancho ibérico todavía no usada instalando un intercambiador de anchos sin parada de convoy, de forma que podamos utilizar los 120 últimos kilómetros de la vía AVE Madrid-Barcelona. En román paladino ganar media hora en entre València y Barcelona. Si hay voluntad de hacerlo, podría estar terminado a finales de 2017.

No amo el mercadeo presupuestario de estos días, pero Rajoy lo va utilizar en un tema tan radical como es el soberanismo y ello rompe muchos escrúpulos. En paralelo se ha pactado con el PNV entre otras cosas la Y vasca (cuyo análisis coste beneficio es tan dudoso como muchos tramos del CM empresarial, aunque en este caso son menos kilómetros) y con los canarios un nuevo tratamiento económico de región ultra periférica, que supera incluso las facilidades que para ellas prevé Europa. Tras dar juego a vascos, canarios y catalanes, poco va a quedar para el resto.

El presidente de Les Corts, Enric Morera, ha pedido la ayuda de los 33 diputados valencianos para apoyar las inversiones. Sin embargo, ha pasado por alto todo lo conseguido por los 5 votos del PNV frente a la vaciedad de los recursos logrados con los 4 de Compromís, su propio grupo. La forma de actuar de Mónica Oltra y la sombra de Pablo Iglesias parecen muy profundas en la forma de entender la política en València. Hablando de CM, alguien con plaza de diputado en Madrid puede no estar haciendo bien su trabajo.

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