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Hazañas bélicas

Seguramente se habrán preguntado alguna vez de dónde salen tantos fanáticos musulmanes. Estoy tentado de avanzar una respuesta: los fabricamos nosotros. «Lo mejor para combatir a los yihaidistas es no crearlos», dice el supuesto experto en islamismo François Burgat en La Vanguardia. Y que conste que en el islam, el hinduismo y el cristianismo sobran tales vocaciones extremas. Hasta en el budismo, tan modosito, que budistas eran los generales japoneses que se dedicaban a la predicación violenta de la superioridad de su imperio.

Todo esto nos llevaría muy lejos, pero baste recordar que los talibanes expulsaron a los soviéticos porque tuvieron armas, cobertura, instrucción y logística norteamericanas pagadas con el dinero de la amapola, lindísima amapola: es lo único que hay por allí que vale dinero. E instrucción religiosa a cargo de auténticas malas bestias del púlpito. Los talibanes pagaron la cuota de sangre que se ahorró EE UU, pero no obtuvieron la recompensa esperada. Y de ahí, el 11S. Algo parecido ocurrió en Irak, donde no había ni complicidad con Al Qaeda (Sadam Husein como mucho celebraba la fiesta del cordero porque podía elegir entre pierna y paletilla, siempre fue de buen comer), ni armas de destrucción masiva, pero en donde ha aparecido un montón de sarracenos rigoristas de duelo, tal vez los mismos oficiales que se quedaron sin trabajo al desmantelar el ejército de ese país, hay que ser bruto.

En Siria no se veía un yihaidista ni con prismáticos: hasta que empezamos a armarlos para ver si derribábamos a Al Asad. En fin, que animamos a Irak a invadir Irán y luego armamos a Irán para dejar exhaustos a los dos. También hemos intervenido las elecciones de Argelia, Gaza y Egipto cada vez que la gente no ha votado lo que queríamos, curioso aliento democrático. Si a eso le sumamos la sensación de apartamiento y vida inútil de los jóvenes árabes (y no árabes) de los suburbios europeos, tenemos una mezcla explosiva que se puede desactivar de muchas maneras, de muchas excepto con hazañas bélicas.

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