Durante la última edición de la Gala Cuentamontes, celebrada en Elda el pasado 25 de febrero, la Federación de Montañismo de la Comunitat Valenciana otorgó el diploma de Medio Ambiente a Gabriel Varea, técnico de vías pecuarias de los Servicios Territoriales de la Conselleria de Agricultura y Medio Ambiente; un galardón instituido por la Femecv para premiar iniciativas medioambientales.

Conozco a Gabriel hace más de dos décadas; con él descubrí la importancia de la red trashumante y el trabajo, anónimo y poco conocido que realiza la administración. Este galardón pone en valor el trabajo de esos funcionarios que, por encima de dificultades técnicas y presupuestarias, ponen su empeño en recuperar este patrimonio público valenciano. La gente piensa que las vías pecuarias son una servidumbre o derecho de paso cuando, en realidad, son patrimonio de la Generalitat. Legalmente son bienes de dominio público inalienables, imprescriptibles e inembargables. La Administración investiga sus trazados históricos y procede a clasificarlas y deslindarlas tras su catalogación. Además de su importancia cultural y etnográfica, son muy importantes como conectores ecológicos entre los distintos espacios naturales.

Con este premio se recalcó que no solo recuperamos el patrimonio público, sino que le damos una función ecoturística a las vías ganaderas, ya que la ley establece como usos compatibles el senderismo o el paseo ecuestre y ciclista, las rutas a caballo o la bicicleta. En la mayoría de los pueblos han perdido su funcionalidad prioritaria, pero subyace la oportunidad de poner en valor sendas y caminos ganaderos con su patrimonio anexo (abrevaderos, descansaderos, majadas, boalares, etc.). En esta labor se centra el trabajo de tantos técnicos de vías pecuarias en toda España, aunque con desigual fortuna. En Madrid, la totalidad de la red cañariega se encuentra deslindada, en Andalucía algo más de la mitad, mientras que en otras, como la valenciana, progresan muy lentamente y precisan mayor apoyo social y político. Como recalcó la consellera Elena Cebrián en la entrega de los premios, es de agradecer el trabajo realizado en los últimos años, pese a las limitaciones presupuestarias, para dar un impulso a iniciativas poco conocidas y que deberían ser ejemplo para que la sociedad pueda potenciar su uso.

Ejemplos de esta recuperación y puesta en valor son las vías pecuarias del siglo XIII en Vilafranca, el Azagador de Beselga (GR10) entre Estivella y Serra, en la Calderona, o el de la Font-freda (GR7) en Mariola (Bocairent). Destacables son también los trabajos de recuperación de la antigua Vereda del Reino, en Requena, y algunos tramos coincidentes con infraestructuras viarias íberas, romanas o medievales, en los que está trabajando: Ayora, Moixent, Enguera, Camporrobles, Llíria o Alcublas. Una labor que debe seguir impulsando la Generalitat para uso y disfrute de valencianos y de aquellos que visitan esta red cañariega y espacios naturales anexos, del patrimonio natural y cultural trashumante.