Se lució Mariano Rajoy ayer en Barcelona presentando su proyecto de inversiones para esta legislatura (si dura, claro) y en especial en orden de prioridad, como dijo, el Corredor Mediterráneo y las Cercanías, para las que anunció un monto de 4.200 millones de euros, solamente para Cataluña. No hace mucho, en una reunión familiar, comentábamos a quien favorece más el Gobierno desde la Moncloa, en sus inversiones, desde hace cinco años€ Por más que le echen en cara que el trato es desigual.
Por lo que ha dicho recientemente y lo anunciado antes, para congraciarse con el PNV, y apoyar su presupuesto en la cámara vasca, también la vía de Roncesvalles, o un tramo de AVE que conecte con los TGV franceses, tiene posibilidades de concretarse en los Presupuestos Generales del Estado que presentará pronto, mientras negocia cuántos diputados hagan falta (incluido un canario) para que pasen la prueba y sean legales. Por supuesto, este último extremo es coherente con lo realizado (o descartado) por la ministra Pastor -ahora presidenta de las Cortes- en sus cuatro años (o cinco) al frente de Fomento.
Ante las críticas que la patronal valenciana y los políticos le habían dirigido (por enésima vez), se defendió afirmando que en su anterior legislatura había invertido 1.000 millones en un tramo del susodicho corredor. También dijo cuánto costaría el conjunto (¿serán 7.000 millones o 17.000 millones?). A ese ritmo necesitaría muchas legislaturas para acabarlo y ponerlo en funciones como piden desde Almería a Barcelona. Si lo que ya está listo es el tramo a Murcia, me temo que hay un problema, porque se ha descubierto la mala calidad, los retrasos, el encarecimiento, y otras malas prácticas.
Ahora ha afirmado que es una prioridad económica y social para crear empleo. De momento comprometía 1.900 millones y el resto hasta 2020. Si la economía funciona y si la estabilidad fiscal (el déficit comprometido cara a Europa) se mantiene. No sé si busca mejorar su imagen cara a la situación catalana (muy complicada), porque también ha ofrecido inversiones en Cercanías, que dependen de Adif.
El tema va con evidente retraso, sobre todo presupuestario, y su realización se ha ido complicando, aunque tenía prioridad desde Bruselas y le asignaban los créditos necesarios. La culpa de la mala situación tras la crisis, y la casi nula inversión en ese campo (cada vez recortada y van varias veces). Pero siempre ha defendido otro eje, desde su Galicia natal al Pirineo€ Un capricho del que no han estado exentos anteriores mandatarios, que confunden la infraestructuras con el amor la tierra materna.
Así que se cura en salud, reparte tramos, o asigna porciones del presupuesto, todo condicionado a su aprobación y a la duración de esta legislatura. Y puede que nos toque una parte (el túnel de Serrería, la nueva estación subterránea, el trayecto a Castelló en obras todavía, la conexión Alicante-Murcia en el horizonte... son demasiadas cosas a la vez y algunas tardarán más o no se prevén en este momento). Nos dará un palmo del corredor aunque no todavía asegurando que las mercancías viajen a la máxima velocidad. Presume que nueve puertos y aeropuertos quedarán comunicados, desde La Línea a Barcelona, eso dijo, nada menos. Veremos si se queda en propaganda preelectoral, como tantas cosas que se prometieron en otras campañas con mucho ruido y nos quedamos con un palmo de narices.
