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El tren federal

Si Mariano Rajoy, en su laberinto de Barcelona, se ve muy preocupado por los servicios ferroviarios de cercanías (la palabra rodalies se ha infiltrado incluso en los boletines de RTVE: la agenda política naturaliza como un panzer y se les olvida que es un barbarismo), si ocurre eso, debe ser que los usuarios, hasta ahora, se han encontrado lejanías y el presidente gallego confunde las causas con los efectos: no hay cercanía, porque no hubo cuidado, del mismo modo que las flores suceden a la primavera y al jardinero. Una cosa es Junts pel Sí y su escapismo a lo Houdini y otra el descontento fundado por la persistente desatención del eje Ebro-Júcar-Segura-Guadiana, de los tributarios del Mediterráneo, los centros productores de mayor riqueza. Y si León, Galicia o Castilla se merecen lo mejor, tanto o más se lo merecerán, digo, quienes alimentan la locomotora.

Y no creo que esta vindicación ferroviaria que el último fin de semana pasó por Teruel (que no sólo existe, sino que es la rótula entre el Mediterráneo, el mar seco de Zaragoza y el alto llano numantino), que este levantamiento cívico -pues discurre por railes- digo, le agrie el almuerzo a nadie. Cualquier historia mejora en cuanto aparece el tren, lo que pasa es que el tren, a veces, tarda mucho en aparecer, el de Valencia-Zaragoza, más de cinco horas, lo mismo que cuando Alfonso XIII era cadete.

El otro día, contaba La Vanguardia (elegido el mejor periódico tras el NYT) no sé qué historia finisecular de cuando Prat de la Riba y se refirió a cierto patricio que acudió en tren a una reunión en Mataró. Tardó en llegar lo mismo que se tarda ahora, siglo y cuarto después. Y eso no es sólo producto de las limitaciones presupuestarias, o de la adicción hortera e imitativa a la ruinosa alta velocidad (también llamada emulación inversa por el maestro Ferlosio), sino de una política que ha favorecido la centralidad en telaraña, la araña cabezona (las moscas son el presupuesto) y su ojo único de ciclope madrileño. Como decía Julio Camba, federal es el país y federados tiene los usos y costumbres. Y las cocinas.

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