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Cristos yacentes o piedades de Valencia

Ha sido inveterada costumbre mostrar imágenes de Cristos yacentes o «piedades» en la noche de Jueves Santo, después de la Missa in Coena Domini, la del lavatorio de los pies, en las iglesias valencianas, tradición hoy bastante reducida. El tema pasionista o de piedades, en palabras de Eugenio d´Ors, nos viene desde las teologías e iconografías de Alemania y Francia, después de suavizarse en Italia, mientras que el de los hermosos Calvarios cerámicos de las ermitas de nuestros pueblos es una influencia transformada y adaptada al Mediterráneo de la fe irlandesa.

Cristos yacentes y Descendimientos con la Madre Dolorosa al pie de la cruz y junto al martirizado y asesinado -en 1950, el doctor valenciano Leopoldo López Gómez, catedrático de Medicina Legal de la Universidad de Valencia, explicaba en Roma en un congreso científico la pasión corporal de Jesucristo vista por un médico legalista, precisamente fue éste un hombre avanzado de su tiempo que reclamó siempre el derecho a morir sin dolor- es la nómina de la iconografía propia y repetida a lo largo de la historia los días de Jueves y Viernes Santo en las iglesias valencianas junto al monumentos y celebrados con largos y densos sermones, que luego acababan en libros.

El profesor y erudito en arte Antonio Igual Ubeda, represaliado por el franquismo y mandado a enseñar al Instituto de Xàtiva como pena de destierro al igual que otros ilustres docentes, se propuso estudiar los Cristos yacentes -una treintena, de los que quedan media docena, entre ellos, explicaba en los años 60 del pasado siglo, el del Colegio de Corpus Christi, Santísima Cruz, san Agustín, santo Domingo y Misericordia- que antes de la guerra civil había en los templos de la ciudad de Valencia. Como historiador y experto tenía por antecedentes el haber hecho un diccionario biográfico de los escultores valencianos del siglo XVIII. Una por una visitó todos los Cristos yacentes en sus respectivas iglesias parroquiales y conventuales e hizo un estudio analítico de todos ellos muy interesante.

Encontró imágenes esculpidas por Ignacio Vergara, Capuz, Clostermans, Tomás Llorens, de Bussy, José Esteve Bonet, Juan Bautista Giner, Gaspar Giner, Venancio Marco, Juan Bautista Balaguer, Francisco Vergara, € y otras de autores desconocidos, bastantes de ellas desaparecidas en las salvajes hogueras iconoclastas de los saqueadores y destructores de iglesias en la pasada guerra civil.

Gracias a su trabajo de investigación y sus publicaciones hoy sabemos de la riqueza artística de aquella excelente iconografía de la Pasión, siempre citada en los balances y archivos parroquiales como "la camilla que se pone el día de Jueves Santo". La que más le llamó la atención fue la escultura "de un Nuestro Señor difunto que se ha hecho para ponerlo en la capilla del monumento el día de Jueves y Viernes Santo" en la Iglesia del Real Colegio de Corpus Christi, obra de Gaspar Giner, de la saga mallorquina de escultores Giner. Este Cristo yacente es de tamaño natural, de perfecta anatomía, de rostro muy sereno y humano, diría Igual. Para su talla, Gaspar Giner se dirigió al Gremi de Fusters a pedir la madera y la venia, al igual que a pagar la contribución que le correspondía por ejercer aquí el oficio. En el interesante archivo del Gremio de Carpinteros encontramos documentación varia de principios del siglo XVII en la que a Gaspar Giner "lo donem per mestre que puga usar del ofisi de Fuster tan llargament com los capitols li donen llisensia y per ser del regne de Mallorca paga a la caxa del ofisi set lliures y deu sous€".

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